Cómo preparar tus tomates en conserva para poder comer todo el año


La conserva es una tradición muy mendocina, pero requiere de medidas de seguridad e higiene para evitar el botulismo.

Es importante elegir tomates frescos y en buen estado, que no tengan golpes ni daños. Deben estar maduros.

Tener los utensilios limpios, bien enjuagados y escurridos. Esterilizar frascos, coladores, embudos y otros elementos hirviéndolos en agua quince minutos. En el caso de los frascos, colocarlos boca abajo.

Para comenzar, lavar bien los tomates y meterlos durante aproximadamente un minuto en una olla de agua hirviendo para quitarles la piel.

Pelar los tomates con mucho cuidado.

Poner una olla grande con agua a hervir. Una vez que entre en ebullición, poner los frascos donde vas a guardar los tomates durante cinco minutos. Secarlos bien.

Cortar los tomates por la mitad, eliminar pepitas y exceso de agua y ponerlos en los frascos. Rellenar hasta el borde con aceite, preferentemente de oliva, para que no quede aire. Tapar el frasco herméticamente.

Por último, en la misma olla grande, poner a hervir los frascos con tomate boca abajo, para que se eliminen todos los microbios y toxinas.