Alcaucil


Es digestivo, antiinflamatorio y ayuda a eliminar las toxinas del cuerpo. Contienen minerales como el calcio, hierro, potasio, fósoforo y magnesio. Aportan vitaminas A, C, E y del grupo B como la B1, B3 (niacina), B9 (ácido fólico). Se pueden comer solos o en deliciosas tartas.

El alcaucil: producto de temporada.

Nos encontramos en época de plena producción de alcauciles. En los mercados se ofrece este producto procedente de nuestra provincia, de excelente calidad y a un precio realmente accesible. Sin embargo el alcaucil es una hortaliza que se consume muy poco de manera cotidiana a pesar  de los grandes beneficios que aporta a nuestro cuerpo.

Es un alimento rico en fibras y favorece el tránsito intestinal. También contiene potasio, fósforo, calcio, sodio, cobre, magnesio, hierro y manganeso y vitaminas A, B1, B2, C, y E.

Además es un buen alimento para aquellas enfermedades que se caracterizan por el aumento de las grasas en la sangre, ya que hace descender sus niveles.  

El alcaucil contribuye con el buen estado de salud, por las propiedades nutritivas y terapéuticas. Buenos argumentos para que comiences a tenerle más consideración en tus comidas.

A la hora de comprarlos recordá que:

♦ los alcauciles con hojas externas demasiado duras y los que están abiertos: son demasiado viejos, por lo tanto de mala calidad..

Te damos a continuación una excelente receta para que incorpores este producto a tus

comidas       

Corazones de Alcauciles en Aceite

Ingredientes:

  • 1 kilo de alcauciles
  • Vinagre blanco
  • Laurel, pimienta en grano
  • Aceite de oliva, vino blanco

Preparación

Luego de lavar los alcauciles se los pelas de manera de desechar las hojas y dejar solamente el corazón.
Los corazones se colocan en un bol con agua y jugo de limón durante un rato, para que no se ennegrezcan, (el limón evita la oxidación del producto) en el momento de prepararlos se los escurre y se los pone en una cacerola, cubriéndolos con vinagre blanco, mezclado con el vino blanco, (en una proporción de 6 cucharadas de vinagre blanco por cada litro de vino) y se agregan dos hojas de laurel y varios granos de pimienta, así deben permanecer tapados durante por lo menos tres horas.
Después escurrirlos dejarlos secar sobre un lienzo limpio durante un par de horas.
Cuando ya estén bien secos, se los colocan en recipientes herméticamente cerrados y limpios, cubriéndolos completamente con aceite de oliva.
Es preciso guardarlos en lugar fresco y oscuro, a partir de las 48 horas ya pueden ser servidos.