"Abelardo Vázquez fue quien me dio mi primera oportunidad"


Santiago “Buenas Ondas”  Morales trabaja desde hace 43 años acompañando a las soberanas vendimiales en cada una de sus presentaciones oficiales y desde entonces se ha convertido en uno de los personajes infaltables de todas las vendimias. Sus comienzos fueron como bailarín folklórico en los cerros aledaños al Teatro Griego Frank Romero Day.

– ¿Cómo llegó a convertirse en el chamberlain oficial de las reinas mendocinas?

– Uno de los directores de la Vendima más representativos de nuestro pueblo, Abelardo Vázquez, fue quien me dio mi primera oportunidad. Él fue quien estuvo en mis comienzos y luego la Corenave, que es la institución que coordina a las reinas de mandato cumplido, se encargó de impulsar mi carrera.

– ¿Qué es y cuáles son las tareas de un chamberlain?

– Chamberlain significa acompañante de reinas, es una persona que  está relacionada con el protocolo y fundamentalmente con la estética del escenario. Mi función es la de acompañar a las reinas, asegurarles una atención especial y por sobre todas las cosas lograr que se luzcan representando a su departamento.

– ¿Cómo fueron sus comienzos?

– En el año 1971 yo era uno de los bailarines de los cerros pero le pedí a Don Abelardo Vazquez que me dejara acompañar a las reinas porque me parecía que no era bueno visualmente que ellas se presentaran y saludaran solas.

Abelardo Vázquez me escuchó, me pidió sugerencias y yo le dije me dejara usar un smoking y ser su chamberlain. Una vez que Vázquez aprobó mi idea, fue cuando todo comenzó.

– ¿Cuáles son sus funciones como chamberlain oficial de las reinas?

– Cuando las reinas salen al escenario, yo las acompaño y las aconsejo, les digo como deben llevar sus atributos, además les enseño a caminar sobre las tablas del Frank Romero Day y una serie de especificaciones que a ellas les permite lucirse.

– ¿Cómo decidió involucrarte de esta manera con la fiesta de la Vendimia?

– De chico vi muchas películas fantasiosas y siempre soñé con viajar para aprender protocolo, trabajaba en la puerta del Plaza Hotel como lustrador de zapatos y los fines de semana acarreaba agua en el cementerio y además en la feria de Guaymallén, eso me permitió ahorrar.

Una vez que junté dinero suficiente me decidí y viajé a Inglaterra para aprender y allí conocí a muchas personas que me ayudaron en mi actual profesión.

Al regresar a Mendoza pude marcar la parte protocolar de las soberanas y desde entonces nunca más paré.

– Cuando llega en momento del Acto Central, ¿lo ve desde algún lugar especial?

– Me gusta observar cómo va la elección y me encanta ver cómo se crea el clima en el público. Y de ese modo comienzo a prepararme para el momento en el que será coronada la nueva Reina Nacional de la Vendimia.

– ¿Tiene cábalas?

– Claro que sí, los duendes del vino, denomino así a mis camaradas que ya no están físicamente. Uno de ellos es Abelardo Vázquez, quien a mi entender revolucionó la Vendimia, también mis maestros y quienes fueron mis compañeros de vendimia.

– La celebración de la Vendimia ¿por qué le parece que es tan importante para el pueblo mendocino?

– Por respeto, por tradición, por nostalgia, por el simbolismo del vino, de las danzas. Además tiene una gran importancia la parte religiosa. El cuadro de la Virgen de la Carrodilla, para los mendocinos es uno de los más esperados.

– ¿Cómo surge la idea de usar trajes tan llamativos?

– La fiesta es mágica y por lo tanto debe tener un vestuario especial y yo decido darle ese atuendo para que sea importante para que la reina y el público se sientan respetados. Este año los trajes tendrán que ver con los 50 años del Teatro Griego Frank Romero Day y dejará ver tonalidades blancas, celestes y rojo malbec.