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Calificadora internacional mantiene estables sus perspectivas con Mendoza


Después de que en octubre del año pasado elevara su calificación, un nuevo informe de S&P Global posiciona a la provincia de igual manera. La aplicación de políticas fiscales prudentes y una gestión efectiva de la deuda en medio de dificultades macroeconómicas en Argentina on algunos de los argumentos.

La semana pasada, la corporación norteamericana S&P Global confirmó en su rating que Mendoza  continúa teniendo una calificación crediticia de emisor en moneda extranjera y local B+, manteniendo estables las perspectivas.

Esto, debido a que el desempeño fiscal de Mendoza se mantendrá equilibrado en los próximos 12 meses, a pesar del mayor pago del servicio de la deuda y las condiciones económicas más desafiantes. Según el informe, se esperan mayores resultados operativos, junto con el financiamiento continuo de emisiones locales e internacionales, para contrarrestar los mayores
pagos del servicio de la deuda y las inversiones en infraestructura.

En su análisis, prevé que la administración financiera de la provincia continúe implementando políticas fiscales prudentes en medio de una economía desafiante que atravesará el país en los próximos 12 a 18 meses.

“La Provincia de Mendoza registró un superávit operativo en 2017 luego de dos años de déficit. Creemos que las presiones de la depreciación del peso argentino y la mayor inflación se compensarán con las políticas fiscales consistentemente prudentes de la Provincia y sus prácticas más estrictas de endeudamiento y liquidez. Estamos afirmando nuestras calificaciones en moneda extranjera y local B+ a largo plazo”, se lee en el informe.

Este escenario podría verse modificado de acuerdo con las calificaciones del soberano. Dicha actualización tendría que ir acompañada de un historial de políticas financieras prudentes, superávits operativos consistentes y déficits decrecientes después del gasto de capital. Lo que significaría que los niveles de efectivo de Mendoza y sus políticas de deuda y liquidez mejoren de
manera contundente.

Para esta agencia con sede en Nueva York, una de las razones fundamentales de la calificación B+ es que Mendoza refleja un desempeño operativo sólido debido a una mejor gestión financiera. El 30 de octubre de 2017 mejoró la puntuación, producto de políticas fiscales prudentes y una gestión efectiva de la deuda en medio de dificultades macroeconómicas en Argentina.

El informe también señala que a pesar del aumento de la inflación en Argentina luego de la depreciación del peso en medio de un mercado muy volátil, no esperan que los niveles de inflación alteren la trayectoria fiscal de Mendoza en los próximos tres años. Tampoco analizan cambios en la estructura tributaria actual, dada la capacidad limitada de la provincia para aumentar sus ingresos.

Sin embargo –dice–, sí creen que Mendoza continuará reduciendo su carga impositiva al disminuir constantemente sus alícuotas. Esta disminución refleja parcialmente la decisión de la provincia de reducir los ingresos brutos para estimular la actividad económica (y por lo tanto mejorar la
recaudación tributaria) y refleja los pactos fiscales firmados en 2017 entre las provincias argentinas y el Gobierno nacional.

“El desempeño presupuestario refleja los esfuerzos continuos de Mendoza para monitorear el gasto y mejorar el presupuesto en los últimos años. La administración actual, dirigida por el Gobernador Alfredo Cornejo, no sólo ha aprobado los presupuestos a tiempo sino que también ha aprobado leyes importantes en materia de responsabilidad fiscal”, agrega.

S&P Global sostiene que la economía de la provincia es muy sensible a los precios de los productos básicos y las condiciones climáticas, así como al desempeño económico del soberano, dado que aproximadamente la mitad de sus ingresos provienen de transferencias federales. Estima que, en 2018, la economía de Mendoza funcionará en línea con la del soberano y crecerá 1,5%.

Sin embargo, debido a que la provincia es principalmente un exportador, cree que la depreciación del peso podría de alguna manera beneficiar a la economía al mitigar la menor demanda interna.

Más sobre S&P Global

Las calificaciones crediticias de S&P Global son opiniones prospectivas sobre la solvencia crediticia: la capacidad y disposición de los emisores, como las corporaciones o los gobiernos, para cumplir sus obligaciones financieras en su totalidad y a tiempo. Al tomar decisiones, los inversionistas y otros participantes del mercado usan estas calificaciones como una contribución para ayudarlos a igualar el riesgo crediticio relativo de un problema de deuda con su propia tolerancia al riesgo.

Estas calificaciones son una de las tantas herramientas que los inversionistas pueden usar al tomar decisiones sobre la compra de bonos y otras inversiones de renta fija.

Las calificaciones van de AAA a D (pasando por AA, A, BBB, BB, B, CCC, CC y C) y se modifican mediante la adición de un signo positivo o negativo que muestra la posición relativa dentro de las principales categorías. La AAA es la capacidad extremadamente fuerte para cumplir con los compromisos financieros, mientras que la D significa que es altamente vulnerable a la falta de pago, con una recuperación final más baja que la de las obligaciones de mayor calificación.

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