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Comunicación no sexista: proponen ampliar la agenda mediática


Con el fin de sensibilizar y capacitar en herramientas para el ejercicio del periodismo con enfoque de género, el Ministerio de Desarrollo Social y Derechos Humanos a través de la Dirección de Mujeres, Género y Diversidad y el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación capacitaron a periodistas y comunicadores en la perspectiva de género. Dirigida a profesionales de la comunicación y a organizaciones sociales, la actividad estuvo a cargo de la Lic. Sandra Chaher, periodista, consultora de género y presidenta de la Organización Comunicar Igualdad.

El ministro de Desarrollo Social y Derechos Humanos, Guillermo Elizalde, expresó: Los medios reflejan una sociedad estructurada en una base de injusticia de género y esto debe comenzar a visibilizarse”. Por su parte el coordinador de comunicación con las provincias del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, , Rubén Peralta, indicó: “Es importante saber que los medios son empresas y los comunicadores se encuentran vinculados a ellas. Además, hay que trabajar con las carreras de comunicación”.

“Para nosotros es importante que se involucren los medios porque estamos en una tarea de educación hacia la no violencia. Todos debemos conocer la normativa de una comunicación democrática y no sexista que promueva la equidad y elimine la desigualdad”, destacó María Laura Palero, directora de Mujeres, Género y Diversidad.

Sandra Chaher sostuvo que los temas de mayor tratamiento respecto al género en la agenda mediática son violencia hacia las mujeres, trata, y derechos sexuales y reproductivos y que si bien son prioritarios porque está en juego la vida de las mujeres, también hay que incluir otros temas y nuevas formas de discriminación. Entre estos, la periodista destacó que deben sumarse a la agenda temática de género, la violencia simbólica, la democratización de los cuidados y la participación de los hombres dentro de los temas de género.

Así, enfatizó que distribuir los cuidados son la base de la democratización de las familias y que así como las mujeres son incluidas en la vida pública, también deben ser relevadas de las tareas de cuidados y domesticidad porque sino terminan siendo damnificadas. Además, las mujeres por ser las únicas que se hacen cargo de los cuidados tienen menos posibilidades de desarrollo de carreras profesionales.

Respecto de la violencia simbólica sostuvo que son los discursos sociales que perpetúan y promueven las desigualdades, por lo cual hay que visibilizarla en todas sus dimensiones. Por ejemplo, en la división sexual del trabajo, si bien se está modificando, las mujeres siguen con menor representación en los espacios por considerarse que están preparadas solo para algunas tareas. Algo que está demostrado que es cultural y no biológico. Otros aspectos son la educación sexista en ámbitos formales e informales; chistes y canciones misóginas como parte de la cultura popular; el modelo normativo de la iglesia católica que sostiene la desigualdad; la exclusión del relato histórico y la vida pública y la discriminación en los medios de comunicación.

En tanto que sobre la participación de los hombres, Chaher manifestó que se los debe interpelar en la desigualdad y la lucha por la igualdad. Dijo que los varones son perpetradores de violencia de género y feminicidio y que por lo tanto pueden disminuirla. Además, sus conductas en general están asociadas a la violencia lo que los transforma en las principales víctimas de muertes violentas. Por otra parte, los hombres son los principales consumidores de trata. En cuanto a los derechos sexuales y reproductivos hombres y mujeres son responsables de embarazos deseados y no. Además, la idea es que tengan un mayor involucramiento en tareas domésticas y de cuidado.

En su propuesta, la especialista expresó que el abordaje de la violencia simbólica permite afrontar de lleno la desigualdad estructural de género en las sociedades. Agregó además que el involucramiento de los varones como protagonistas de las desigualdades permite no poner el foco en las mujeres solamente como víctimas y propiciar las conductas responsables. Finalmente, sostuvo que la democratización de las tareas de cuidado permitiría construir no solo una sociedad más igualitaria desde un punto de vista de género sino más atenta al desarrollo humano.

Normativa

Argentina posee desde el año 2009 un marco normativo y una estructura administrativa en consonancia con las más contemporáneas políticas públicas de comunicación y género. La sanción de la ley 26485, de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en el ámbito que desarrollen sus Relaciones Interpersonales; de la ley 26522, de Servicios de Comunicación Audiovisual; el Decreto Presidencial 936 de prohibición de los avisos de prostitución en los medios; el acuerdo compromiso con los Medios para el Desarrollo de una Sociedad con Equidad de Género suscripto por los medios de comunicación del Sistema Público y la puesta en vigencia de la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual; son los hitos que hoy permiten en nuestro país combatir la violencia mediática.