El 15 de setiembre comienza el Censo Nacional Agropecuario


Relevará datos sobre productor y explotación, uso del suelo, prácticas de manejo, actividad pecuaria, bienes de capital, población y mano de obra.

Durante 90 días, 280 censistas de la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) y otros organismos asociados a la actividad agroindustrial formarán parte del proceso estadístico que tiene como novedad el uso de un dispositivo electrónico para la toma de datos.

“Vamos a hacer un censo que ha cambiado notablemente desde el último que se hizo completo, que fue en 2002. Para medir el campo, el INDEC introduce el uso de una tableta donde está contenido el cuestionario, la cartografía digitalizada y la ventaja de que cuando termina la encuesta se encripta la información, pasa a la base de datos, se hacen los chequeos necesarios y estimamos que en el primer trimestre de 2019 van a estar los resultados”, explicó Roberto Bisang, director de Estadísticas del INDEC y coordinador del Censo Nacional Agropecuario (CNA).

En el operativo se divide en seis partes:

Perfil del productor agropecuario: se tomarán datos como edad, educación, utilización de tecnología.

Uso de la tierra: capítulo simple asentado en la cartografía para saber qué porcentaje está destinado a la agricultura y cuánto a ganadería.

Prácticas agrícolas: se estima que existen alrededor de 260 cultivos posibles, por lo que se consultará sobre tres puntos: prácticas de labores culturales, producción del último año y destino de la producción (industrialización, asociado a cooperativa) y tipo de comercialización (directa o indirecta).

Ganadería: se replican los mismos puntos y se agregan datos referidos a cómo se produce, cantidad de animales, cómo se comercializa, altas y bajas, mortandades.

Instalaciones: además de consultar sobre los bienes tradicionales (tractores, maquinarias y galpones), se agregan otras innovaciones, como equipo de riego o de generación de energía local.

Turismo: nueva variante que tiene el campo argentino. Por ejemplo, en Mendoza, el enoturismo forma parte del ingreso que tiene el sector agropecuario.

El cuestionario permitirá saber quiénes trabajan en el campo, ya que diferencia entre los pobladores que viven en el lugar y los transitorios (mano de obra golondrina) y las edades. Además, dará certeza sobre la cantidad de hectáreas, ubicación, tipo de producción, manejo riego, producción del último año y formas de comercialización

“El censo es obligatorio y no se preguntará sobre valores monetarios, es decir ventas, planilla de empleo o situación fiscal. También es confidencial y anónimo”, subrayó Bisang.

Por su parte, el subsecretario de Agricultura y Ganadería, Alejando Zlotolow, hizo hincapié en el dinamismo que tiene el sector que es matriz productiva provincial y que ha venido creciendo, como es el caso de la ganadería, sobre la que el Gobierno trabaja para brindar obras de infraestructura que la potencien.

“Estamos usando información que tiene 16 años. Buscamos que la base de datos se actualice para realizar nuevos estudios, como pronóstico de cosecha, estudios fenológicos, de costos y precios, saber cuánto puede afectar una contingencia, hacer estudios de vinculación entre industria y productor. Esa información nos dará una base firme y actualizada sobre la cual proyectar el crecimiento y el desarrollo del campo”, resumió el subsecretario.

Los últimos datos que se conocen del agro mendocino es que representan del 6 al 8% del PBG de la provincia y, justamente, lo que se pretende con el censo es verificar y actualizar esa información.

“Más allá de las evaluaciones de coyuntura, es conveniente analizar la información estructural. Entendemos que el agro aporta entre el 10 y el 12% del empleo a la provincia y datos preliminares hablan de 240 mil parcelas de explotaciones agropecuarias activas”, consideró el director de Estadísticas e Investigaciones Económicas, Facundo Biffi.

Cabe recordar que el último censo se realizó en 2008 pero no se consideró fehaciente, debido a que los datos que se relevaron estuvieron incompletos. “La ausencia de datos globales, consistentes y actualizados es un problema para quien diseña e implementa políticas públicas, así como para quienes generan inversiones en el sector productivo. El censo va a decir lo que es el campo y la potencialidad que tiene”, aseguró el funcionario nacional.

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