Exportación de vinos a granel y la estrategia para competir en el mercado internacional  


El desafío es recuperar el pico histórico de ventas argentinas en un mercado global de 4.000 millones de litros. En contexto, los cambios en el negocio mundial, el desempeño creciente de las exportaciones de otros países, la caída del consumo interno y la posibilidad de que aparezcan volúmenes excedentes. Qué hace hoy Mendoza desde los sectores público y privado.

Instalar a Argentina como proveedor internacional de vinos a granel de forma permanente y sostenida es el objetivo. Hoy el país exporta menos del 1 % del volumen de un mercado mundial de 4.000 millones de litros.

El desafío es recuperar en 5 años el pico histórico de ventas externas, que llegó a 160 millones de litros y actualmente es de poco más de 31 millones. Los sectores público y privado –Ministerio de Economía, vía Promendoza, y la Cámara de exportadores de vinos a granel– trabajan juntos para llegar a esta meta que tiene varias aristas, y apunta a reubicar varietales y genéricos, de acuerdo con la demanda de cada mercado, de cada país.

Así, los impulsores del proyecto se enfocan en recuperar en el mercado de Rusia el protagonismo de los vinos genéricos de Mendoza. Como oportunidades se presentan Inglaterra, China y Alemania, lo que implica competir con España, principal exportador de vinos a granel en el mundo.

Los primeros pasos comenzaron a darse a principios de año y hoy ya tienen una agenda nutrida que abarca hasta 2019. La acción realizada en estos últimos días de julio, tuvo como escenario a San Francisco. Allí 6 bodegas de Mendoza –Eclipse, Tittarelli, Belhara, Corveau Wines, Cecchin y Carbonero– junto a 4 de San Juan ofrecieron los vinos argentinos ante unos 400 agentes comerciales, en la International Bulk Wine Exhibition & Show San Francisco, Estados Unidos.

Visibilidad para integrar el circuito comercial global

Con este fin, ProMendoza está impulsando desde comienzos de este año una agenda que comenzó con la presencia en Prodexpo, Rusia, y siguió con la misión comercial a Alemania, Inglaterra, Países Bajos y Francia. Después vino la misión a California junto a la Cámara Argentina de Exportadores y Comercializadores de Vino a Granel. Y ya están haciendo las valijas para desembarcar en San Francisco. Dentro de unos meses Mendoza estará en World Bulk Wine en Amsterdam, prevista para noviembre.

Más allá de las relaciones y negocios que puedan concretarse en cada uno de estos lugares del mundo, el objetivo final es instalar una feria internacional de vinos a granel de forma anual en nuestra provincia, como el primer Tour de Vinos a Granel de la Argentina y el Hemisferio Sur. Será en mayo y en coincidencia con la nueva producción, tal como se hace en el hemisferio norte. Y esta participación le dará visibilidad a Mendoza para integrar el circuito internacional y ser sede comercial de negocios de graneles en el Sur.

El Wine Tours de mayo 2019 está orientado a conseguir el mayor contacto posible con destacados actores internacionales del sector del vino a granel, quienes además visitarán bodegas y participarán en conferencias y debates, entrevistas en medios de comunicación, encuentros de negocio y reuniones personalizadas entre profesionales. Al mismo tiempo, los productores locales asistentes lograrán una inmersión completa de Argentina de cara a sus futuras estrategias comerciales.

Los ejes del negocio en Europa y las oportunidades para Argentina

El vino a granel ronda los 4.000 millones de litros por año a escala mundial. Hoy los varietales que más pide el mercado global son cabernet y chardonnay. El malbec como varietal ayuda y distingue a Mendoza.

La comercialización del vino a granel tiene en Europa una tendencia creciente, donde coinciden tres factores: ecología, las marcas privadas o blancas y la economía.

El impacto ambiental o huella de carbono por los gases que se emiten a la atmósfera es uno de los factores determinantes en la industria europea y del hemisferio norte en general. La producción limpia es un valor para el consumidor europeo.

Cada vez son más las marcas en el norte en Europa y en Estados Unidos que tienen su etiqueta de vinos. Por eso los supermercados, servicios de catering y hoteles están interesados en importar y embotellar vino, para mostrar su identidad y logo en la etiqueta de sus tintos y blancos.

La tercera pata del negocio del vino a granel en Europa gira en torno de la disminución del costo. El tanque especial que se rellena con vino, algo así como un bag in box gigante y conocido como flexitank, cabe en un contenedor y carga 24 mil litros, en lugar de los 9.000 litros que podrían llevar si el vino fuera en botellas de 750 cm3. Ese vino llega a destino en el contenedor para luego envasarlo en lugares cercanos a los puntos de consumo. Hay grandes complejos embotelladores en el norte de Alemania y en Inglaterra se destacan las grandes plantas con altísima tecnología, trabajando 24 horas y a costos bajísimos.

Alemania, Reino Unido y Francia son tres grandes mercados a los que apuntar para el vino argentino a granel, a lo que hay que sumar Rusia y China. Claro que Argentina deberá competir con España y Chile, primer y segundo puesto de países exportadores de vino sin envasar. También otros mercados potenciales son Estados Unidos, Canadá, México, Perú, Rusia, Alemania, Reino Unido, Japón, Dinamarca, Suiza, Bélgica, Italia, Portugal, República Checa, Holanda y Suecia.

La gran debilidad de Argentina son los mayores costos logísticos comparados con sus competidores como Chile, España o Sudáfrica, además de las diferencias en los convenios comerciales en distintos países. Hoy despachar un contenedor por el puerto de Buenos Aires tiene un costo USD 700/800 sólo de gastos portuarios, más el traslado del producto por vía terrestre, lo que suma un total de USD 1.900/2.000.

El vino a granel de Chile tiene un costo portuario USD 250/300 y un monto de transporte terrestre similar. En definitiva, somos tres veces más caros que el país vecino, que es a la vez es nuestra mayor competencia en la región.

La nueva Cámara de Exportadores

En el proyecto de reposicionar a Mendoza como proveedora juega un rol importante la Cámara de Exportadores de Vinos a Granel. Aunque aún en formación, ya está en actividad, por eso participará en la feria de California. Los integrantes de la Cámara son empresas que cuentan con antecedentes en exportaciones y también comercializadoras con capacidad real de generar negocios. Entre ellas figuran Sul Mineira, Fecovita, Marañón, San Carlos Sud, Bodegas y Viñedos Crotta, Royal Mount, Galeano y Antonacci, Lost Valley y Los Haroldos.

La cámara es nacional y cubre todas las regiones y provincias vitivinícolas, como La Rioja, Salta y el Sur del país. El presidente de la cámara, José Bartolucci, indicó: “Nuestro país cuenta con excelentes calidades tanto en genéricos como en varietales, y el INV es el organismo que avala con sus análisis oficiales todas calidades de nuestros vinos.

Los vinos sin envasar se han vendido desde siempre, pero lo que cambió es el consumo interno de Argentina. Antes, no había mayores excedentes y hoy el consumo viene cayendo en los últimos 10 años. Para 2007 teníamos un consumo per cápita superior a los 29 litros y en 2017 estamos en el orden de los 20 litros per cápita.

“Hoy tenemos la obligación de hacer conocer al mundo que Argentina será un exportador confiable. En primer término, porque la cosecha 2018 fue estable –hubo dos cosechas malas 2016 y 2017– y hoy hay un excedente para la exportación de alrededor de 350 millones de litros. Si continúa la estabilidad climática en las próximas cosechas, es de prever excedentes similares al 2018 y garantizar así la provisión a los países importadores”.

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