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Los Portones del Parque lucen su puesta en valor


La interpretación de la Cueca de los Portones marcó el inicio del acto. La pieza musical fue interpretada por Jorge Sosa y Lisandro Bertin para dar lugar a la apertura de Los Portones, momento en que el maestro Miguel Ángel Marchionni, a cargo de la obra, entregó las llaves al Gobernador y al intendente de la Ciudad, Víctor Fayad.

El gobernador Pérez indicó: “Si bien hubo restauraciones anteriores, nunca se había hecho una investigación para encarar la puesta en valor, que implica rescatar el patrimonio y la historia. Este acto es anticipo de la celebración de 100 años del Cerro de la Gloria que se cumplirán el año próximo y que dentro de poco comenzaremos a restaurarlo y también en el 2014 se cumplirán 200 años de que San Martin fuera designado gobernador intendente de Mendoza”.

El gobernador relacionó la puesta en valor de la gesta sanmartiniana y el posicionamiento turístico que logra Mendoza. En ese contexto indicó que el año pasado “tuvimos 2,7 millones de turistas y este año ya superamos los 3 millones. Día a día la marca Mendoza se sigue instalando en el mundo”.

La música coral, el desfile de autos antiguos y un acto artístico cerraron el acto. Participaron del acto el secretario de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Marcos Zandomeni; el ministro de Infraestructura y Energía, Rolando Baldasso y la secretaria de Infraestructura de la Municipalidad de Mendoza, Laura Porfili.

Restauración con investigación

Para la restauración y puesta en valor de los portones se realizó el análisis morfológico para respetar en su totalidad los materiales y técnicas utilizadas en su fabricación. Los portones son de hierro forjado, perfilería normal y piezas de fundición gris que son dobles, porque se colocan en ambas partes de los portones.

Se llevaron a cabo también estudios para diagnosticar la tipología de las lesiones y poder abordarlas con criterios internacionales de conservación de monumentos que son bienes culturales.

La obra comenzó a ejecutarse en abril de este año y estuvo a cargo del restaurador Miguel Ángel Marchionni y consistió en la restauración del monumento a nivel metalúrgico, de la piedra y la incorporación de una nueva iluminación. La liberación de las hojas principales de los Portones fueron el primer paso de la obra, que estaban desplomadas por los impactos ocasionados por el transporte.

Se restauraron también 100 piezas ornamentales existentes, dañadas o rotas, con el valor de ser las originales y se fabricaron 40 piezas nuevas a las que se les asignó un código alfanumérico que representa una protección de autenticidad para que no haya reproducciones. Se recuperó la cerradura original, fabricándose la llave que hasta el momento no existía.

De forma manual se retiro la pintura hasta llegar al óxido en donde se realizó la desoxidación, luego se le colocó convertidor y antióxido y luego se le dio dos manos de esmalte sintético especial, finalizando con una capa de laca protectora. El color es negro y dorado imperial respetando el estilo usado en obras similares. Tanto el pulido manual como la restauración se hizo utilizando técnicas y materiales originales. La unión, el calafateo de las piezas y las grietas se realizaron in situ, fundiendo el plomo en el lugar.

También se trabajo en la limpieza profunda de la piedra, la erradicación de vegetaciones y de los graffiti, reparación de fisuras y consolidación del material. El origen de la piedra es de Mendoza y se trata de granito, traído en su momento en 26 carreteadas y de roca sedimentada las columnas.

La restauración de las piedras que están en la base de los portones con la inscripción “Parque del Oeste” y que son del 1909 fueron desplazadas hacia adelante para adaptar la obra de la nueva iluminación.

La instalación de un sistema de cableado subterráneo, sectorizado e independiente garantiza la iluminación permanente, la misma será de leds, con tecnología de última generación.

Se niveló la calle para permitir el movimiento de las hojas principales y fueron creadas dársenas con accesibilidad para poder sacar fotos del monumento, con una nueva senda peatonal.

Historia

El portón monumental, la gran puerta de gala del jardín, erige dos altas columnas de hierro, unidas por un arco que ostenta el escudo de la provincia sobre el que se posa un cóndor. Ambos lados de esta entrada principal están los portones de acceso para carruajes, del mismo estilo, con el escudo de la provincia con pilares de granito canteado.

Los portones, rejas y accesorios fueron fabricados en Glasgow por una fundición escocesa. El diseño señala una constante del arte argentino de fines del siglo XIX y principios del XX con tendencias europeas. Mendoza los adquirió en la administración encabezada por Francisco Civit.

Llegaron a Buenos Aires, en 1908, a bordo del vapor “Belgrano” y contenidos en cuarenta y seis bultos. A mediados de ese año, llegaron a Mendoza traídos en seis vagones del ferrocarril. Ese mismo año se realiza la construcción del basamento y el montaje lo realiza el Ministerio de Industria y Obras Pública, finalizando en 1909.

Los portones se emplazaron en relación con el eje simétrico de la actual avenida Emilio Civil, jerarquizando su principal acceso. Como el parque no tuvo un cierre perimetral, los portones no conformaban el acceso a parque cerrado, asumiendo sólo el carácter monumental con relación a su preponderante presencia física e imposición espacial.

Las seis hojas del los portones pesan 47.017 kilos, datos extraído del documento aduanero que se encuentra en el archivo general de la provincia. Fueron intervenidos en varias oportunidades, una en 1940 por el Arq. Daniel Ramos Correas quien diseño el nuevo Zoo, otra en abril de 1990 y la última fue en 1994. Ninguna tuvo un estudio previo y en la última sólo se lo pintó.