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Megajuicio: Continúan las testimoniales sobre asesinatos cometidos en abril del 77


En el primer piso de Tribunales Federales se desarrolló una nueva ronda de testimoniales en el IV Juicio por Delitos de Lesa Humanidad. En esta oportunidad, tres testigos relataron sobre los asesinatos de dos de los integrantes del grupo de militantes peronistas, desaparecidos en abril de 1977

El testimonio de Nancy Beatriz Gutiérrez, realizado por teleconferencia desde Buenos Aires, relató sobre la desaparición de su hermano Manuel Alberto Gutiérrez y la esposa de este, María Eva Fernández.

La familia Gutiérrez residía en Buenos Aires, cuando en 1976, Manuel decidió radicarse en Mendoza. Comenzó a trabajar como chofer en la empresa Coca-Cola, al momento de su detención. Tenía 25 años al igual que María Eva y ambos tenían una hija de dos años. “Cuando Manuel desapareció yo tenía 15 años y sobre política no hablaba conmigo pero sabía que simpatizaba con el Peronismo”, explicó la testigo.

El episodio reconstruido se valió de los aportes de vecinos que presenciaron el violento operativo ocurrido en abril de 1977. De esta manera, supo que Manuel fue introducido a los golpes en un coche sin patente y que la hija estuvo al cuidado de una familia vecina.  Sobre Eva “no hubo nadie que nos dijera algo, ella nunca más volvió”. En este episodio también fue detenido Juan Manuel Montecino, quien en ese momento se encontraba en la casa de Manuel.

La testigo declaró que las gestiones de habeas corpus realizadas para dar con el paradero de su hermano y su cuñada nunca obtuvieron una respuesta positiva.  “En el 83 caímos en la cuenta de que desgraciadamente habrían sido asesinados. Una total injusticia porque eran personas trabajadoras e inocentes” expresó la testigo y finalizó: “Lo único que me mueve es reivindicar a mi hermano y si sus asesinos están, que paguen por lo que hicieron”.

Finalmente declararon Emilio Fernando y Miguel Ernesto López Muntaner quienes relataron particularmente sobre el asesinato de su hermano Luis, ocurrido en nuestra provincia en abril del 77.

Por una parte, Emilio Fernando López Muntaner, senador en la Legislatura de Buenos Aires, comenzó su relato con una semblanza sobre el grupo familiar que residía en La Plata. Puntualizó sobre Luis, quien militaba en la Juventud Universitaria Peronista y posteriormente en el brazo sindical de la Juventud Trabajadora Peronista, dentro de Montoneros.

Una familia de militantes vinculada a los conceptos políticos del Peronismo. El núcleo familiar había sufrido anteriormente la desaparición de Francisco – el cuarto de los siete hermanos López Muntaner- ocurrida el 16 de septiembre de 1976 en la conocida Noche de los Lápices y la detención Miguel Ernesto, el tercero. Estos hechos motivaron el traslado de Luis a Mendoza; lo hizo junto con su pareja, Marta Renata Lastruchi, en octubre de 1976.

Los testigos coincidieron en considerar la decisión de Luis de trasladarse a nuestra provincia, no sólo por su militancia “sino también por contar con personas allegadas”. Esto en alusión al grupo de compañeros integrado entre ellos, por Julio Pacheco y Nora Otín.

En este contexto, tanto Nora Otín como Marta Lastruchi estaban en vísperas de dar a luz por lo cual decidieron trasladarse a General Alvear. Marta, desde un hospital de ese departamento pudo contactar a la familia López Muntaner y dar aviso de lo que acontecía en nuestra provincia. Fue entonces cuando Irma Muntaner llegó a Mendoza para asistirla y sumar a la búsqueda su hijo Francisco.

Ambos testigos relataron que fueron citados por la Fiscalía de Mendoza hace dos años atrás, para identificar el cadáver de Luis, entre ocho fotografías encontradas en la morgue local. Esto fue corroborado en la presente audiencia.

“Estamos convencidos de que Luis fue víctima de ese terrorismo de Estado que tuvo la intencionalidad de desarticular respondiendo al modelo político, económico e ideológico de una clase dominante; por esto debemos hablar de una dictadura cívico militar que implementó delitos de lesa humanidad como la desaparición de personas y el secuestro de niños”, expresó Emilio y agregó: “Sólo esperamos, para las generaciones futuras, que en algún momento esto se cierre definitivamente con memoria, con verdad pero sobre todo con justicia”.

Por su parte, Miguel expresó: “Las características de toda esta situación son públicas y ojalá que este juicio sirva para proveer de justicia a quienes están procesado por estos crímenes aberrantes”.

Las testimoniales continúan el próximo martes 16, con audiencias domiciliarias. La audiencia pública retorna el lunes 22 con las declaraciones de Iris Ponce, Nancy Rabanato y Rafael Bonino.