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Megajuicio: “La violencia sexual que ejercían los torturadores sobre las mujeres detenidas era tremenda, y era evidencia de un odio machista”


La segunda jornada semanal del IV Juicio por delitos de Lesa Humanidad se desarrolló hoy en la sala de debate del primer piso de Tribunal Oral en lo Federal Nº1. Por las causas que investigan detenciones ilegales, secuestros y asesinatos cometidos en nuestra provincia durante la última dictadura cívico militar, ofrecieron testimonio Carlos Daniel Ubertone y José Ediberto Lozano.

El testimonio brindado por Carlos Daniel Nicolás Ubertone fue realizado mediante video teleconferencia desde la Embajada Argentina en Madrid.

Ubertone para el año 1976 tenía 24 años de edad, era estudiante de Diseño y trabajaba en el Banco de Mendoza. Su militancia estudiantil y sindical se vinculó con la Juventud Peronista

El 31 de julio de 1976, cuando se dirigía a su trabajo fue interceptado por un vehículo conducido por un grupo de personas armadas que se identificaron como integrantes de la policía de Mendoza. Fue trasladado al D2 y sometido a un interrogatorio bajo tortura física y psicológica dirigido por el exoficial Osvaldo Daniel Calegari, apodado “el porteño”. Sobre esto recordó que “preguntaban sobre actividades en el banco o en el sindicato” y aseguró que “tenían mucho interés en conocer el paradero de Osvaldo Rosales”, expresó el testigo refiriéndose a uno de sus compañeros asesinados.

Ubertone fue alojado en una de las celdas del D2 donde reconoció entre los presos políticos a David Blanco, Alberto Córdoba y Eduardo Morales. Coincidió en cautiverio con Héctor García, Jorge Vargas (desaparecido), María Luisa Sánchez, Rosa Gómez y Alicia Morales.

“El trato siempre era muy violento y autoritario”, expresó Ubertone al describir sus días en aquel centro clandestino de detención y señaló en particular a los exoficiales Monroy y a otro apodado “mechón blanco”. Además refirió sobre las sistemáticas violaciones a las que fueron sometidas las mujeres secuestradas en aquel lugar. “La violencia sexual que ejercían los torturadores sobre las mujeres detenidas era tremenda, y era evidencia de un odio machista”, expresó el testigo.

El 12 de octubre de 1976 Ubertone fue trasladado a la Unidad Regional Nº1 donde permaneció hasta el 15 de diciembre, para pasar a la Comisaría 9na. Desde enero hasta septiembre de 1977 permaneció en cautiverio en el Penal Provincial.

Con respecto a las denuncias realizadas, el testigo recordó una oportunidad en la que fue entrevistado en el Juzgado Federal por los exjueces Gabriel Guzzo y Max Petra Recabarren ante quienes expuso la tortura a la que fue sometido. “De la Justicia Federal no tuve ninguna noticia, salvo una absolución que luego fue reabierta, condenándonos a 5 años de prisión”, expresó Ubertone quien debió cumplir su condena en diferentes centros clandestinos entre ellos Sierra Chica y las cárceles de La Plata y Caseros. El 12 de diciembre de 1983 recuperó su libertad desde el penal de Rawson.

Seguidamente ofreció testimonio José Ediberto Lozano quien declaró sobre su detención ilegal ocurrida en 1975.

Para entonces, Lozano se desempeñaba como empleado del Banco de Previsión Social y secretario de Acción Social Bancaria; Fue uno de los referentes de la movilización gremial en reclamo por un aumento salarial, hecho por el cual recibió amenazas del entonces jefe de la Policía Provincial, Santuchone. El testigo reconstruyó aquel episodio en el que también se encontraban otros delegados gremiales, entre ellos Luis Ocaña y Felipe Servini.

Posteriormente a este hecho, su esposa -Laura Botella- y su sobrino -Osvaldo Jara- fueron detenidos ilegalmente cuando se encontraban en una estación de servicio en San Rafael. En su búsqueda, Lozano arribó hasta una comisaría de aquel departamento donde reconoció a un oficial llamado Lito Ortigoza.  Este oficial le informó que su sobrino se encontraba allí, pero Laura –luego de ser sometida a juicio – fue trasladada al D2. Fue allí donde Lozano fue trasladado el 8 de diciembre de 1975.

“Me recibieron con golpes en el estómago y comenzaron a picanearme”, relató Lozano al referirse a las sesiones de tortura a las que fue sometido. Recordó además la presencia de un médico encargado de auscultarlo.

Tras una semana de cautiverio, Jara quedó en libertad, pero Lozano y Botella fueron trasladados a la 8va Brigada Compañía de Comunicaciones y posteriormente al Penal Provincial. “En ese lugar había dos grupos entre los oficiales, uno conocía nuestra historia personal y el otro nos reprimía”, recordó el testigo sobre su cautiverio en el Pabellón VI. En este sentido señaló a los exoficiales Bianchi como responsables de las violentas requisas y traslados.

En su extensa declaración Lozano aportó datos sobre otros compañeros detenidos y desaparecidos, entre ellos Santigo Illa y Luis Moriña. Con respecto a las gestiones realizadas por sus familiares para dar con su paradero, expresó: “A mi madre la obligaron a renunciar a su ciudadanía española para poder tramitar habeas corpus”, y agregó: “nunca me informaron las razones de mi detención”.

El 26 de diciembre de 1976 Lozano fue trasladado a la U9 de La Plata – ese año Laura Botella recuperó la libertad. Lozano recuperó la suya a fines de junio de 1979.

Al finalizar la jornada, los integrantes del Tribunal solicitaron un cuarto intermedio por lo cual la etapa testimonial retorna el próximo lunes 08 y martes 09 de junio a las 9.30.