Salud conmemorará el Día Internacional de la Hipertensión Arterial


En el marco de la celebración por el Día Internacional de la Hipertesión Arterial, el Ministerio de Salud insta a los ciudadanos a chequear su presión para prevenir infartos y accidentes cerebrovasculares. Se estima que al menos el 30% de las personas tiene hipertensión y que un tercio de ellas no lo sabe.

Considerada la enfermedad silenciosa del siglo XXI, la mayoría de las veces la presión alta no presenta síntomas. La hipertensión se está convirtiendo en una epidemia, porque cada vez hay más gente que la parece y también porque la historia familiar constituye un factor predictivo.

Accidente cerebrovascular (ACV), arteriosclerosis, infarto de miocardio y otras afecciones cardiovasculares, insuficiencia renal y/o deterioro cognitivo prematuro son algunas de las consecuencias que la hipertensión puede producirnos. Como en general no presenta síntomas, estas patologías suelen presentarse sin aviso previo.

Además, hoy se sabe que existe una relación directa entre la presión arterial elevada y la ocurrencia de estas enfermedades cardiovasculares y muerte, es decir cuánto más alta es la presión arterial mayor es la probabilidad de enfermar o morir. Por ello, los especialistas insisten en la importancia de la prevención de la hipertensión arterial (HTA). La primera medida que podemos tomar es conocer cuál es nuestra presión, por eso debemos medirla por lo menos una vez al año.

El diagnóstico de HTA se realiza con valores iguales o mayores a 140 mmHg de presión arterial sistólica(máxima) y/o valores mayores o iguales a 90 mmHg de presión arterial diastólica (mínima). Es importante aclarar que un valor aislado de presión arterial elevada no es sinónimo de hipertensión arterial. Se requieren dos o más registros elevados en un corto lapso de tiempo para hacer diagnóstico de esta enfermedad.

Cuanto mayor sea la presión sanguínea, mayor será la probabilidad de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, ya que la hipertensión hace que el corazón trabaje mucho más de lo que debería. Esto genera que este órgano se debilite con el tiempo. La hipertensión también afecta los vasos sanguíneos, y genera consecuencias perjudiciales en órganos como el cerebro y los riñones.

Los factores que más influyen en el desarrollo de HTA son el sobrepeso (sobre todo la obesidad abdominal), una dieta rica en sal (no sólo la sal que se agrega a las comidas sino todos los alimentos industrializados que contienen en su composición sodio, incluso aquellos que son dulces) y la falta de actividad física diaria. Otro factor determinante es la carga hereditaria (la presencia de un padre hipertenso aumenta entre 2 y 4 veces la posibilidad que los hijos desarrollen la enfermedad).

Según la 2° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada por el Ministerio de Salud de la Nación, el 53,4% de la población tiene sobrepeso y obesidad. Por lo tanto, también es necesario crear conciencia sobre la importancia que tiene controlar el peso, llevar una dieta restringida en sal y mantener una actividad física moderada y regular. Dichas acciones son sinónimo de presión arterial saludable y contribuyen fuertemente a la prevención de enfermedades cardiovasculares.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que un tercio de la población adulta en el mundo tiene sus valores de presión arterial elevados, y que la HTA es la causa directa de la mitad de las muertes por ACV o cardiopatías. El 80% de las personas afectadas se encontraría en los países denominados “en desarrollo”. Tanto los datos de la ENFR como los de algunos estudios epidemiológicos regionales permiten estimar que en nuestro país las cifras de personas afectadas son similares, y que cerca de la mitad aun no está diagnosticada. Lamentablemente, es una enfermedad de muy alta frecuencia en la población adulta y con una frecuencia creciente en niños y adolescentes.

Todos los adultos deben conocer sus niveles de presión arterial. Si se detecta la hipertensión, las personas deben buscar el asesoramiento de un profesional de la salud. Así también los estilos de vida saludables pueden ayudar a prevenir la hipertensión y a mejorar su control entre quienes necesitan medicamentos.
El tratamiento de las complicaciones derivadas de la hipertensión conlleva intervenciones costosas como la cirugía de derivación cardíaca (conocida como bypass), cirugía de la arteria carótida y diálisis, lo que puede afectar los presupuestos individuales y de los países.