Seguridad realizó un simulacro de resolución de asalto con toma de rehenes


Ocho divisiones de la Policía provincial protagonizaron un cinematográfico simulacro de asalto con toma de rehenes, incidente que fue resuelto ante la atenta mirada de unos 300 vecinos del lugar. El objetivo de la actividad era que los miembros de la zona observaran la efectividad de la alarma comunitaria instalada recientemente en la zona.

La práctica se desarrolló en toda una manzana del barrio Amupol del distrito maipucino de San Roque, sitio en donde hace pocos días se instaló el dispositivo de seguridad para alertar a todos los integrantes de lugar ante un hipotético episodio de inseguridad.

En la práctica actuaron unos 60 efectivos de las divisiones del Grupo Especial de Seguridad (GES), Grupo de Resolución de Incidentes y Secuestros (Gris), Unidad Motorizada de Acción Rápida (Umar), de la comisaría Lara, de Motorizada, del Cuartel Central de Bomberos, de la Policía Vial y un helicóptero del Cuerpo de Aviación Policial.

Estuvo presente durante el ejercicio el subsecretario de Relaciones con la Comunidad, Alejandro Gil, quien le señaló a los vecinos la conveniencia de involucrarse en los diferentes programas de seguridad, entre ellos el de alarmas comunitarias y les pidió solidaridad y atención para poder colaborar y comunicar a la policía con la mayor celeridad posible si observan que algo extraño está ocurriendo.

En la organización de la práctica estuvo Marcela Gómez, directora de Participación Comunitaria, quien explicó sobre la conveniencia de la instalación de las alarmas comunitarias y además manifestó que “en los próximos días se realizarán simulacros similares en otros departamentos para demostrar la efectividad de ese elemento de seguridad”.

El simulacro tuvo su inicio cuando tres delincuentes que iban a bordo de un automóvil observaron a una vecina del barrio que barría la vereda en la puerta de su domicilio. Dos de los supuestos malvivientes, fuertemente armados, descendieron del vehículo encañonaron a la mujer y aprovecharon que la puerta de su casa estaba abierta para introducirse y tomar de rehenes al resto de los ocupantes de la vivienda.

Una vecina que observó lo que estaba ocurriendo, inmediatamente llamó al número de emergencias 911, mientras accionaba la sirena de la alarma comunitaria.

En el preciso momento en que los delincuentes comenzaron a cargar en su vehículo diferentes electrodomésticos ante el persistente ulular de la sirena de la alarma, llegó el primer móvil policial, que hizo que el malviviente que estaban al volante del vehículo emprendiera una rápida huida, mientras que sus cómplices se encerraron junto a las víctimas en el interior de la vivienda asaltada.

A pocos minutos varias motos de la Umar (Unidad Motorizada de Acción Rápida) lograron individualizar el vehículo en fuga y comenzaron una emocionante persecución.

Entre tanto y mientras los delincuentes a los gritos manifestaban que matarían a sus víctimas si el móvil que estaba en la puerta no se retiraba, se acercaron sigilosamente al lugar dos grupos del GES y el Gris, uno de cuyos integrantes comenzó a parlamentar con los delincuentes.

Mientras los delincuentes dispararon al aire sus armas para amedrentar a los policías, policías de la UMAR con el apoyo del helicóptero, interceptaron y detuvieron al asaltante fugado.

La resolución del episodio sobrevino cuando los policías del Ges aprovecharon una distracción de los delincuentes que estaban negociando con el integrante del grupo Gris, para irrumpir en el domicilio con todo su equipamiento y por sorpresa inmovilizaron a uno de los delincuentes mientras que su cómplice, intentaba escapar por los techos produciendo un pequeño incendio, también fue atrapado por los uniformados.

Luego llegó al lugar una dotación de bomberos, que al cabo de algunos minutos extinguió el incipiente siniestro.

La práctica finalizó con un cerrado aplauso de los vecinos que resaltaron el rápido y efectivo accionar de los policías, más allá que entendían que se había tratado de un simulacro. Muchos de esos pobladores señalaron que se emocionaron con la práctica que en muchos pasajes les pareció real.