Seguridad vial en el Día del Estudiante: las consecuencias del alcohol al volante


Dos estudios realizados por organismos diferentes muestran las consecuencias que produce el alcohol en los conductores y pone como ejemplo lo que sucede sólo con tomar dos vasos de cerveza y después ponerse frente al volante.

Dentro del contexto de los errores de conducción, el alcohol casi siempre se encuentra asociado con la velocidad, el sueño y las distracciones.

La ley que regula la cantidad de alcohol autorizada para conducir un automóvil establece como límite de alcoholemia 0,5 gramos de alcohol por litro de sangre. Se considera que a partir de esta cantidad, el conductor comienza a manifestar reacciones psicomotrices importantes que dificultan la conducción.

Este límite se vuelve más estricto para la conducción de motos y ciclomotores, donde la tolerancia se disminuye a 0,2 gr/litro. Este límite en alguna medida es arbitrario, no contempla la realidad de todos los conductores en cuanto a la tolerancia que tiene cada uno de ellos a los efectos del alcohol.

A manera de ejemplo, una persona que pesa noventa kilos, tomando dos vasos de cerveza llegaría fácilmente a la cantidad límite definida por la Ley de Tránsito.

El alcohol produce una depresión del sistema nervioso central, deteriorando la función psicomotora, la percepción sensorial (vista y oído), y modifica el comportamiento del individuo, que muchas veces se traduce en una falsa sensación de seguridad y una toma de mayor riesgo.

Los jóvenes

Una compañía mundial desarrolló un programa exclusivo para concientizar a los jóvenes, el Ford Driving Skills for Life. Allí desarrollaron un “traje de conducción alcoholizado” que debutó en 2013 y permite a los conductores entender lo que significa manejar alterado por esta sustancia, lo que se traduce en movimientos más lentos, reducción de la coordinación, visión borrosa e imposibilidad para la toma de decisiones rápidas.