Hiladoras y tejedoras del desierto de Lavalle producen lanas artesanales con tintes naturales


Tejer las raíces de nuestra memoria genética es el desafío de las mujeres del secano de Lavalle. Sus lanas, a buenos precios y de alto valor cultural, se consiguen en plena Ciudad de Mendoza.

De pura oveja y a buenos precios, las lanas provienen de puestos San Carlos y Malargüe y se procesan en Lavalle, en las etapas de hilado y teñido.

Cada ovillo cuenta una historia de mujeres del desierto “trenzadas” por necesidades e inquietudes particulares, que sellan el compromiso con sus raíces huarpes. Son artesanas folclóricas, crean piezas únicas y factibles de adquirir en plena ciudad de Mendoza.

Ubicado en el kilómetro 76 de calle Los Huarpes, en San José, a 84 kilómetros de la Villa Tulumaya de Lavalle y a 114 de la Ciudad de Mendoza, el emprendimiento se llama Raíces, Tintes y Lanashttps://www.mendoza.gov.ar/catalogoeconomiasocial/vendor/raices-tintes-y-lanas/

En esa localidad de San José habita la comunidad huarpe Juan Manuel Villegas, conformada por unas 130 familias a las que pertenecen las 11 mujeres miembros del grupo Raíces. Todas son oriundas del lugar y, como mujeres de campo, cumplen múltiples tareas y labores propias de las zonas rurales.

Su producción integra el catalogo online de economía social de Mendoza: https://www.mendoza.gov.ar/catalogoeconomiasocial/vendor/raices-tintes-y-lanas/. Así, desde nuestras casas podemos efectuar la compra de lanas artesanales y genuinamente mendocinas, que llegan a la Ciudad por intermedio del personal del Mercado Artesanal Mendocino.

Quienes compran su lana también adquieren historia. Las técnicas que utilizan son transmitidas de generación a generación. Hoy la mayoría tienen entre 35 y 55 años, otras tienen 75 años, mientras que en el otro extremo hay adolescentes, lo que asegura la transmisión de estos saberes propios de la identidad local del secano mendocino.

La tarea comienza con el aireado y asoleado de las lanas, sigue con el escarmenado -limpieza manual de extracción de restos de vegetales, palitos o piedritas-, el armado de la soguilla para que lograr los copos, el hilado con rueca manual, el lavado de la madeja y torcido.

No obstante, en este trabajo común hay mucho más que el resultado. Está en juego la motivación de integrar la experiencia, de aprender y compartir saberes, con una salida laboral para mejorar los ingresos familiares. También es un momento de encuentro,  esparcimiento y expresión creativa.

Hacia fines del año pasado, el grupo Raíces fue financiado con $199.964, que permitieron adquirir equipamiento e insumos para poner en marcha el taller de tejido al telar y fieltro. Este aporte proveniente de la Dirección de Economía social y Asociatividad es el resultado de un proceso impulsado por el equipo técnico-profesional del Mercado Artesanal Mendocino, junto con el apoyo de muchas más personas e instituciones.

Un día en el campo

Además de atender a sus familias y a sus casas, trabajan en los puestos criando ganado. La tarea comienza temprano con la alimentación de los chivitos mamones extrayendo la leche de las cabras y el arreo a los animales adultos, para que busquen alimento en el campo. Durante las tardes, el trabajo se enfoca en ingresar a los animales al corral, para proveerles maíz molido y algo de forraje.

Entre tantos quehaceres, lunes miércoles y viernes se reúnen para trabajar juntas durante la tarde, mientras a diario realizan sus hilados desde sus casas.

Quienes conocen el desierto saben que allí las alternativas laborales y de ingresos son muy escasas o casi nulas. Las familias sostienen una economía básica y primaria de autoconsumo vinculada a la cría y venta de animales caprinos mayoritariamente, algunos pocos bovinos y equinos que acompañan el trabajo de traslado del ganado.

A esto se suma la elaboración de artesanías tradicionales folclóricas en cuero en crudo y lana. De allí surge la conexión con el Mercado Artesanal Mendocino (MAM), que adquiere los productos que elaboran para llevarlos hasta pleno centro de la Ciudad y a precios justos.

Precios y dónde comprar

Hay lanas hiladas simples y torcidas, en colores naturales y con tintes. Las más codiciadas son las teñidas con vegetales de la zona. También producen vellones, fieltros y rellenos para almohadas o almohadones.

La lana hilada natural tiene un valor $ 1.600 el kg; la teñida con tinte industrial, $1.800, y con tintes vegetales y naturales de la zona, $ 2.300 el kg. También hay lanas hiladas y torcidas color natural y con tintes ($2.300 el kg) y copos de vellón lavado ($ 1.000 el kg) y lana corta lavada ($500 por kg).

El MAM promueve y facilita la comercialización de estos productos en plena Ciudad. Tiene su sede central en avenida San Martín 1133, teléfono 4204239, correo electrónico mercado-artesanal@mendoza.gov.ar.

Gloria, la propulsora

Gloria Villegas, integrante de la Comunidad de San José, propuso compartir sus saberes de hilados y tejidos con otras mujeres del lugar. Así nació este proyecto, al que el equipo del Mercado le dio forma y aportó orientación técnica, así como un seguimiento focalizado especial.

El resultado: en marzo de 2019, las mujeres de San José comenzaron a reunirse, con la inquietud de aprender a hilar, tejer y a refrescar los saberes que por falta de práctica habían comenzado a perderse. Inicialmente, apelaron a los recursos propios con los que contaban, como antiguas ruecas y algunos vellones de lana para comenzar a tejer peleros y alforjas.

Creció desde el pie

Rápidamente se conformó un proyecto socioproductivo, con fondos de la Dirección de Economía Social y Asociatividad, al que pertenece el Programa de División de Promoción al Artesano Folclórico del Mercado Artesanal Mendocino. Así se fue realizando un proceso paralelo que promovió la vinculación, el intercambio, con encuentros motivacionales y talleres educativos. Fueron solicitados por las mujeres en temáticas como identidad de pueblos originarios de la región, alimentación saludable y promoción de derechos en la familia, además de buenas prácticas de crianza de niños, niñas y adolescentes.

Asimismo, la iniciativa recibió el aporte de referentes de comunidades huarpes y mapuches, profesionales de la Subsecretaría de Desarrollo Social, mientras que la Universidad Nacional de Cuyo aportó telares y una capacitadora en tejidos, a la que se sumó una artesana folclórica de la comunidad de Asunción.

Conexión por WhatsApp

En tiempos cuarentena mantienen encuentros virtuales por videollamadas. Crearon un grupo de WhatsApp que les permite mantenerse conectadas, aun con las limitaciones de conexión a señal de internet  y de transporte.

Cadena de valor para las materias primas de las artesanías folclóricas  

El proyecto en San José y el resto de los distritos de Lavalle, donde residen artesanas y artesanos folclóricos, reciben el aporte de lana esquilada proveniente de puestos de San Carlos y Malargüe, con la técnica de esquila limpia y prolija.

Esta asociación e integración de proyectos permitió aprovechar las lanas esquiladas y los cueros, que antes se tiraban o mal vendían, para que las mujeres de San José, así como el resto de mujeres tejedoras, lo utilicen en sus obras artesanales.

Producción: Prensa – Gobierno de Mendoza.

Entrevistas: Lorena Meschini, directora de Economía Social y Asociatividad, Subsecretaría de Desarrollo Social del Ministerio de Salud, Desarrollo Social y deportes, teléfono 261 6221398.// Claudia Delicio, responsable del Mercado Artesanal Mendocino, teléfono 261 5962077.

 

 

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