
Dispositivos, psicoanálisis y salud pública
El juego y el jugar en la salud mental
“…Para imaginar, el niño necesita la imagen corporal, el propio espejo, pero también el reloj. La lógica del reloj, como corte simbólico, marca un tiempo, así como el marco del espejo limita un espacio. El reloj como metáfora enuncia una ley arbitraria y contingente. Los pequeños necesitan, para el armado de su experiencia, tanto el espejo, el marco y el reflejo, como el reloj, los números y el movimiento de las agujas. Sin estos límites en el espacio y el tiempo, la imagen corporal no podría hacerse esquema y devenir representación…” Esteban Levin
Comenzamos a pensar este escrito con muchas preguntas respecto al lugar que ocupa el juego y el jugar en nuestra institución y en nuestras prácticas. ¿Qué aporta el juego y jugar en la salud mental que está ahí, siempre presente? ¿Qué lo hace diferente al del jugar en espacios cotidianos, la casa, la vereda o la escuela? ¿Cuál es la importancia de que un efector de salud mental esté presente en los juegos y el jugar? ¿Puede existir algo más genuino que estar en el mundo jugando? ¿Se puede reconocer al sujeto en un estado pasivo acabado? ¿Qué viene a significar el juego y el jugar en un espacio de salud metal?
Estos interrogantes nos invitan a reflexionar sobre el cómo miramos al juego y el jugar en nuestra institución. No sólo hay juego desde los primeros meses de vida, sino también en cada etapa del crecimiento, atravesando juegos de presencia- ausencia, juegos de personajes y juegos reglados entre otros. Los juegos atraviesan todos los espacios, se juega en grupos y solos, en el consultorio, en la sala de espera y en el patio, en sesiones individuales, en talleres y en día festivos, los chicos juegan. Para poder hablar de ello elegimos comentar una vivencia concreta de lo que representa el jugar en nuestros dispositivos. En el Centro Preventivo Asistencial Infanto Juvenil Nº 7 de San Rafael, tenemos como uno de los ejes fundamentales de nuestra práctica el abordaje grupal por medio de Talleres. “Ala de colibrí” lleva dos años de existencia y es un espacio de expresión y juego pensado para alojar a niñas y niños entre los 6 y 11 años que concurren al Centro Infanto Juvenil, encontrándose o no en un tratamiento individual.
Este taller se inspiró y utiliza como metáfora, como su nombre lo indica, al colibrí y sus alas. Los colibríes son las aves más pequeñas del mundo y sus alas son muy frágiles pero al mismo tiempo poseen una fuerza y resistencia maravillosas. Sus alas pueden aletear a grandes velocidades y le brindan la posibilidad de cernerse en el aire y volar hacia atrás. Así también, una leyenda maya cuenta que los colibríes fueron creados como mensajeros, aquellos encargados de llevar los pensamientos y sentimientos de los hombres. Tomamos estos conceptos de fragilidad y fuerza, como también su capacidad de transmitir pensamientos y sentimientos para trabajar con los participantes. En los diferentes encuentros se intenta crear un espacio donde:
- Se habilita la palabra de quienes participan, comenzando a dialogar a partir de situaciones disparadoras.
- Se promueve la escucha del otro, sea un adulto u otro niña o niño, favoreciendo el dialogo intergeneracional.
- Se intenta crear un lugar donde se trabaje con la palabra, el cuerpo y las emociones, “haciendo grupo”, bajo la guía de la coordinadora.
- Se busca visualizar los recursos que poseen quienes participan y los que la institución puede brindarles tendiendo así a la reducción de riesgos y daños.
- Se intenta trabajar sobre el reconocimiento de los derechos y la promoción de los mismos.
- Se persigue la promoción y el establecimiento de un ambiente relacional seguro que permita el encuentro, el dialogo y el respeto hacia el otro.
Todo esto se trabaja utilizando como herramienta el juego. El juego en sus múltiples facetas es el que acompaña el desarrollo de los encuentros: juegos sensoriales, juegos motores, juegos manipulativos, juegos simbólicos, juegos verbales, juegos educativos, juegos artísticos, creativos y juegos reglados, por nombrar algunos.
Especialmente en este taller se fue dando el ritual de cerrar cada encuentro con un juego de mesa, los participantes fueron de a poco pidiendo y creando ese momento como fundamental de los encuentros. Un momento donde si bien nos concentramos en el juego, se dan disparadores de charla e intercambio entre los participantes que generan conversaciones además de la dinámica del jugar.
El jugar representa una función esencial, ya que el niño se va curando por sí solo a través del juego respecto de una serie de puntos potencialmente traumáticos. En este sentido Freud en 1926 expresaba: “…Sabemos que el niño adopta igual comportamiento frente a todas las vivencias penosas para él, reproduciéndolas en el juego; con esta modalidad de tránsito de la pasividad a la actividad procura dominar psíquicamente sus impresiones vitales…”. Es por esto que creemos que el juego y el jugar posibilitan el alojamiento del malestar y de la angustia de los niños, que da lugar a la instauración de un tiempo de demora que permita conocer al niño con el cual jugamos.
Pensamos que el juego no sólo está al servicio de la elaboración de lo traumático. El jugar también constituye al que juega, habilitándolo a desplegarse y a posicionarse como sujeto. Es una parte fundamental del crecimiento psíquico, social y emocional de los niños, ya que éste permite el desarrollo de la imaginación, creatividad, vínculos y personalidad.
Resulta importante diferenciar el juego y el jugar, siendo ambos factores fundamentales en nuestra practica pero que aportan dos visiones distintas. El juego remite al producto de cierta actividad, a un producto con determinados contenidos. El jugar, por su parte, indica su carácter de producción, marcado por el verbo en infinitivo, siendo una práctica significante como refiere Winnicott.
Cuando un niño no juega, es fundamental que realicemos nuestras intervenciones para que logren ejercer este derecho y propiciar ese espacio y ese tiempo, para que le podamos brindar su espejo y su reloj, singular de cada niño pero constitutivo para todos por igual.
Para nosotros el concepto de jugar es el hilo conductor del cual podemos tomarnos para no perdernos en la compleja problemática de la constitución subjetiva.
Bibliografía
Fernandez, N. Frachia, I. Gomez, P. Laborde, D. Macedra, V. Pojomovsky, J. Guía jugando juntos. Creando espacios y tiempos de juego. UNICEF ARGENTINA. CASACIDN.
Janin, B. (2014). Intervenciones en la clínica psicoanalítica con niños. Noveduc. Buenos Aires.
Levin, E. (2010). La experiencia de ser niño. Plasticidad simbólica. Nueva Visión. Buenos Aires.
Rodulfo, R. (2010). El niño y el significante. Un estudio sobre las funciones del jugar en la constitución temprana. Paidós. Buenos Aires.
Macarena Morales
Psicóloga. Trabaja en el Centro de Salud Mental Infanto Juvenil N 7 San Rafael
Daniela Arroyo
Tallerista y Psicologa. Trabaja en el Centro de Salud Mental Infanto Juvenil N 7 San Rafael