¿Estamos preparados?


 Estamos próximos a iniciar una nueva temporada de incendios de monte nativo, o si lo prefiere una nueva campaña de control. En  el aspecto de prevención la campaña la  estamos haciendo hoy ¿y de que manera? Entre otras, de alguna tan simple como planificar pequeñas cosas como, destinar tiempo para terminar aquel trabajo de limpieza cercano a tal o cual alambrado, ralear la vegetación junto a los establecimientos del campo o charlar amablemente con el vecino remiso a limpiar la parte que le corresponde.

Cualquier acción que realicemos en pos de mejorar la faz preventiva, sin duda nos la reconoceremos íntimamente en cercano futuro, en la medida que cada cual, como en todas las actividades, nos preocupemos por avanzar hacia un mañana mas promisorio lograremos que este sea así, con mas signos positivos que de los otros.

Deberemos repasar cotidianamente nuestro listado (aún mental) de obligaciones a cumplir en materia de mitigación del efecto de los incendios y de evitar aquellos, o de no permitir que se propaguen.

Entre las tareas que también debemos ejecutar se inscriben aquellas fuera del predio que son las institucionales, las de participación y mutua colaboración, integrando asociaciones y entidades o manteniendo aquellas que permitan mediante el esfuerzo agrupado, conseguir logros que nos beneficien a todos, logros  como el mejoramiento de caminos, la apertura de otros, la seguridad general relacionada a nuestra explotación, etc. Y por sobre todas las cosas dentro del contexto que hoy nos ocupa, bregar para que los grandes incendios, de ahora en mas, sean cosa del pasado.

Tenemos las herramientas, tenemos las metodologías, la experiencia, y la participación irrestricta del estado provincial y aun nacional, no sería bueno dejar pasar la oportunidad de aprovechar todo este bagaje de circunstancias y para ello debemos trabajar aportando cada uno de nosotros lo que sea necesario y posible.

Desde la perspectiva del trabajo conjunto o en equipo saldrán sin duda las respuestas o soluciones a algunas de las problemáticas irresueltas hasta ahora entre otras; puntos oscuros que aun prevalecen en algunos sectores de la provincia en cuanto a la aplicación de la ley de incendios en varios aspectos, y especialmente en  lo referido a la competencia de la autoridad en materia de intervención y potestad durante el desarrollo de grandes incendios, situaciones que han servido hasta ahora, mas para destacar un protagonismo innecesario que para aportar soluciones en la crisis.

Creemos haber superado este factor en nuestra región sureña , cediendo cada cual los espacios necesarios a estos, quienes saben y deben ocuparse de tal o cual menester, y en consecuencia pasando aquellos al papel de refuerzo atento a la posible superación de energías para actuar en consecuencia, estando prestos y organizados, con una relación de partes armónica y fluida, dispuestas aquellas a llevar hasta las ultimas consecuencias su participación activa  detrás de mejorar situaciones puntuales que pudieren presentarse, y también potenciando el futuro en materia de prevención y control del flagelo que significa el fuego en nuestros campos.