Pensar la Diversidad Sexual: la activista mexicana Amaranta pasó por Mendoza


Pensar la diversidad sexual: la activista mexicana Amaranta pasó por Mendoza

La Antropóloga y referente de la comunidad Muxe disertó en la UNCuyo y fue distinguida en Guaymallén.

Esta semana la provincia recibió una visita destacada en lo que respecta a la lucha y la militancia por la integración y la diversidad sexual. Se trata de la Antropóloga, política y activista mexicana Amaranta Gómez Regalado quien fue distinguida por la Municipalidad de Guaymallén como Huésped Ilustre, además de ser invitada por la UNCuyo a disertar sobre el rol de la universidad respecto al reconocimiento de derechos e integración de distintos colectivos sociales relegados.

Para comenzar a desandar la importancia de contar con su presencia hay que resaltar que Amaranta es oriunda de Juchitán (Aoxaca), cuna de la cultura zapoteca y además es Muxe (o Mushe). Personas biológicamente varones y que deciden construir una identidad femenina. Lo diferente y distintivo es que esta especie de “tercer sexo” es aceptado por la comunidad y las personas muxes cumplen dentro de ella un rol social importante y definido.

Su nombre lo tomó del libro de Gabriel García Márquez “Cien años de soledad” que le obsequió su padre y en su hoja de ruta como persona comprometida con la realidad que la rodea se destaca que con sólo 25 años se convirtió en la primera candidata a diputado de su país por el partido “México posible”. Ha participado en proyectos de educación sexual y en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTI; entre otras muchas acciones.

“Buenas tardes a todos y todas. O lo que quieran ser”. Así comenzó Amaranta la disertación en la sala azul de la Nave Universitaria a la que acudieron profesores del claustro estudiantil y público interesado. La charla arrojó interesantes campos de reflexión, sobre todo en la posibilidad de de trazar una dialéctica que permita conectar lo étnico con el movimiento Trans y la comunidad LGBTI.

“Cuando hablamos de otro justamente hablamos de la diferencia. Reconocer en ese otro u otra que tiene una riqueza diferente que muchas veces nos cuesta mucho trabajo asumir y aceptar porque desconocemos. De ahí los prejuicios también que a veces construimos un miedo a conocer porque no nos permitimos conocer lo que subyace y que constituye ese otro, esa otra. Y ahí me parece que la interculturalidad juega un papel muy importante para establecer un puente de dialogo”, explicó.

En este sentido la activista mexicana realizó un repaso en el tiempo de cómo diferentes comunidades indígenas cuentan con registros históricos de aceptación e integración de otras identidades y de qué manera ha repercutido hasta el día de hoy el impacto colonialista de una moral judeocristiana que impuso una concepción binaria de los cuerpos y los géneros. Al mismo tiempo propuso encontrar las similitudes y marcar las diferencias entre estas culturas originarias con el concepto Trans “que se concibe como un producto y un concepto de la modernidad. Es decir, a partir de modelos, de estereotipos”. En la búsqueda por encontrar cada uno su propia riqueza y la posibilidad de caminar a la par en contemplando sus particularidades es que Amaranta propone la lucha por los Derechos Humanos como punto unificador.

Algunos de sus conceptos:

La mexicana Amaranta también visitó Radio Andina. Foto: Axel Lloret.

“En el caso de lo LGBTI y en el caso de lo étnico pensaba hace mucho tiempo que la comunidad Muxe, que es una identidad de género dada en una cultura indígena, constituye esta identidad como parte del sistema sexo-género de esa cultura zapoteca. Pensaba yo que éramos mucho más parecido a lo Trans en algún momento, hasta que en realidad no éramos eso, sino que teníamos estas cosas particulares que nos ofrecía y que nos daba nuestra propia cultura incluyendo el concepto propio. Y una de las cosas que coloco siempre en la discusión es la de entablar una dialéctica en entre el concepto Trans, que es un concepto nuevo y los conceptos LGBTI, como conceptos preexistentes a estos mismos conceptos.

La pregunta es: ¿Dónde encontrar ese posible dialogo entre identidades que ahorita asumimos como totalitarias y hegemónicas y otras que pareciera ser que no existían pero que ahí estaban durante mucho tiempo? Y estaban ahí, pero cómo entender que no aparecían a la par. Evidentemente el impacto que ha tenido la colonización tiene sus residuos que todavía permean en la vida social, cultural, política y económica de las comunidades indígenas y que atraviesan el cuerpo. Atravesaron el cuerpo de manera violenta y sobre todo en el tema de la sexualidad (…) No era que los pueblos originarios no fueran binarios, pero también tenían otras opciones para poder instalar un diálogo con otros cuerpos y otras identidades.

El Occidente era el mundo binario. La moral judeocristiana se implanta. La iglesia, la fe empezó a condenar y todo esto fue configurando el miedo al ser. El uso también del “la” o “él”, que parece una camisa de fuerza donde hay que encajonar al sujeto, al cuerpo sujeto. Afortunadamente en nuestras lenguas indígenas vivas todavía encontramos terceras opciones para poder transitar entre uno y el otro género y no quedarse anclado en esa arbitrariedad del castellano instala como producto de todo este proceso colonizador. Es decir, no hemos llegado a esta situación de manera circunstancial. Es un asunto procesual, estructural y de choque cultural en el que nos metieron un chip y que hasta hoy en día ha sido complicado”.

Más detalles de su historia de vida

Durante la charla también contó qué es ser una persona con identidad Muxe, que comenzó a hablar zapoteco antes que el español y que fue a los 13 años que decidió vivir como mujer. Situación que en su comunidad es aceptada y recibe una contención colectiva.

“No un proceso que se vive de manera aislada, participa mamá, el papá, el abuelo, la vecina, el vendedor de quesos, porque también hay referentes en otras familias. Esto ayuda a mitigar cualquier angustia que podría aparecer, un mecanismo de contención que cobija para no ser rechazado en algún momento, algo que sí sucede en otras culturas”.

Su visión sobre la diversidad sexual en la Argentina

Amaranta también se refirió a su inclinación a la política y el estudio de la Antropología, y como una situación familiar provocó que comenzara su activismo por visibilizar la problemática del contagio del HIV en las comunidades indígenas.

Ya en el intercambio con las personas presentes brindó su apreciación sobre lo que sucede con la comunidad Trans en la Argentina. Respecto al tema y por lo que pudo conocer por diferentes referentes con los que se contactó en su visita por el país, es que se ha logrado la conquista de derechos (Ley 26.743 de Identidad de Género) pero que aún falta y no se vislumbra el empoderamiento real y colectivo de la comunidad para avanzar en la integración y concientización de la realidades y problemáticas que atraviesan.

Durante la charla también se abordó el tema de los obstáculos que se marcan desde las instituciones y el caso del acceso a la universidad. De hecho, no es un dato menor que participara de la jornada sólo una persona Trans, quien compartió su experiencia dentro del ámbito académico y lo que sucede en Mendoza respecto a la aceptación de distintas identidades de género.

Resulta a la vista que como sociedad aún nos falta mucho por hacer en favor de la integración. Por eso la importancia de contar con la presencia de militantes comprometidos con la causa, como es el caso de la referente indígena mexicana.