Arrestaron al "Pulpo Barloa que gozaba de beneficio judicial


Las autoridades penitenciarias recibieron el domingo el llamado de la esposa de Miguel Angel Barloa Ahidar, un condenado a 14 años y 8 meses de prisión por robo agravado. La mujer les informó que su esposo que estaba gozando de la salida transitoria que le otorga el juez no había ido a su casa. Ampliando sus datos la señora dijo que creía que estaba detenido.

Era cierto. Estaba en la comisaría 36 porque la policía lo había encontrado robando en una distribuidora de golosinas y al momento del arresto tenía 2 armas: una 22 y una 9 milímetro y el auto –un Fiat 147- no era de su propiedad.

Miguel Angel Barloa Ahidar de 55 años es muy conocido como el “pulpo Barloa” y es uno de los pocos líderes vivos del motín del 2000. Estaba condenado a 14 años y 2 meses por robo agravado y se le unificó por privación ilegítima de la libertad durante el desarrollo del motín. Había cumplido 12 años y 8 meses.

Tras el motín fue trasladado a la cárcel de Ezeiza donde en marzo del 2004 fue atacado con facas, recibiendo dos puntazos en su calabozo de máxima seguridad. Trasladado sin gravedad a la enfermería pidió ser trasladado a Mendoza porque su hermano Rodolfo que estaba preso se encontraba en estado terminal por el virus HIV. Trasladaron a Barloa a nuestra provincia y pidió a la justicia el beneficio de la salida transitoria que se le concedió en diciembre del 2010 y era de 12 horas. Salía los sábados a la mañana y regresaba a la noche a San Felipe.

Luego en mayo, el juzgado le amplió el horario de salida a 36 horas por lo que regresaba el domingo y en este caso, a la Colonia Penal de Gustavo André.

En agosto se le concedió autorización en el sistema de semilibertad (antes denominado “trabajo extramuro”) y para facilitarle su traslado lo habían ubicado en la Unidad 9 de Boulogne Sur Mer lo que antes era la caballería.

Barloa salía a trabajar de lunes a viernes y los sábado y domingo tenía la salida transitoria.

Barloa había solicitado a la justicia salir y el juez solicitó dos informes evaluativos: uno al Consejo Correccional que está integrado por 7 miembros de la unidad penal donde esta alojado el condenado y el otro corresponde al Organismo Técnico Criminológico. Ambos informes se elevan al juez de ejecución que es quien decide si otorgarle el permiso que en este caso fue Eduardo Mathus.