Celebración del Día de la Madre Tierra
Cada agosto, los pueblos originarios celebran la veneración a la Pecne Tao, término huarpe, o Pacha Mama, como se la conoce en el Norte andino. Esta festividad reivindica los valores transmitidos de generación en generación, fortaleciendo el vínculo con la Madre Tierra.
El nombre Pachamama proviene del quechua, de pacha (espacio, tiempo, universo o mundo) y mama (madre). Adorada en los Andes y arraigada en la mitología inca, Pachamama es la diosa de la fertilidad, responsable de la siembra, la cosecha, la formación de montañas y terremotos, y de la vida en la tierra. Es nuestra casa compartida, donde seres humanos, animales y plantas coexisten en armonía con todas las fuerzas de la naturaleza que componen el ambiente: el aire, el agua, el suelo y los vientos.
En este día especial, las comunidades se reúnen para llevar a cabo rituales ancestrales de agradecimiento. Estos rituales, que se han mantenido vivos durante miles de años, reflejan la profunda conexión con la naturaleza y el principio de reciprocidad, eje de la cosmovisión andina. Según este principio, es vital devolver a la Madre Tierra lo que ella nos ha proporcionado durante el año, para mantener el equilibrio entre los seres humanos y el entorno natural.
El ritual
El rito principal consiste en cavar un hoyo en la tierra, simbolizando la boca de Pachamama, donde se colocan ofrendas como comida, frutas, semillas, maníes, hojas de coca, plantas medicinales, bebidas fermentadas e incluso artesanías. Antes de iniciar el ritual, los líderes de la comunidad, a menudo los miembros más ancianos, solicitan permiso a sus ancestros y a las energías del lugar para abrir este espacio sagrado. Luego, entierran las ofrendas y colocan un montículo de piedras y flores sobre la tierra, que se convierte en el centro ceremonial.
Tras completar el ritual, la comunidad agradece a la Madre Tierra por el buen tiempo, los animales y las cosechas. También le piden protección para el año venidero y abundancia continua. Aunque los ritos han evolucionado con el tiempo, mantienen la esencia de la celebración y veneración. Y si bien el Día de Pachamama se celebra el 1 de agosto, las festividades se extienden a lo largo del mes, con diversas ceremonias y momentos de gratitud.
Este es un espacio para reconectar con la naturaleza desde un lugar más puro, restituir las energías sagradas en nuestras vidas y reforzar nuestro compromiso de cuidar nuestro hogar. Debemos comprender finalmente que todos estamos interconectados, y nuestras acciones están entrelazadas con el mundo que nos rodea.
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