Comenzó la restauración del Museo Fader
Tras un trabajo inédito, que incluyó el relevamiento de la colección del Fader y la confección de una base de datos digital, que contiene datos pormenorizados de cada una de las más de 1.700 obras del museo, el secretario de Cultura, Diego Gareca, firmó el acta de inicio de obras.
El titular de Cultura agradeció especialmente a la Policía de Mendoza, que brindó la seguridad necesaria durante el traslado de las obras, y a todo el equipo de trabajo de la Secretaría de Cultura, al área de Patrimonio y particularmente a Noelia Santino, “que trabajó en la coordinación de las distintas tareas”.
Satisfecho con la tarea, Gareca reconoció, además, el trabajo de Cristina Sonego y Pablo Chiavazza, que realizaron el inventario, y a Eduardo Dolengiewich, que hizo un registro fotográfico, “porque es un trabajo que realmente me sorprende que no se haya hecho antes, sobre todo teniendo en cuenta la importancia de este museo para todos los mendocinos”.
“Hay muchas cosas por mejorar y arreglar. Han sido muchos años de deterioro, que no tienen que ver sólo con una gestión. Fueron años de abandono y desidia sobre el trabajo patrimonial para con este museo, así que siempre es más difícil poder comenzar a restaurar, a mejorar y corregir esos errores. Estamos seguros de poder hacerlo, porque tenemos un muy buen equipo y, por supuesto, los controles necesarios, a través de Infraestructura, que hace un trabajo vital para poder llevar adelante esta etapa que estamos iniciando”, explicó el funcionario.
Finalizado el relevamiento de las obras, en una segunda etapa comenzará la restauración de los murales. Posteriormente, anunciaron los funcionarios de Cultura, se realizará la consolidación de una construcción importante que quedó abandonada en la década del 90. La intención es que ese lugar forme parte del Museo Fader y contar con más salas para el museo provincial.
La obra tiene un costo de inversión de 28 millones y un plazo de ejecución de 12 meses.
La obra
Macelo Nardechia, director de Patrimonio Cultural y Museos, explicó que en la primera etapa se realizará una consolidación estructural de toda la casona. “Se trabajará de abajo hacia arriba, reforzando todos los cimientos de la casa y procurarles estabilidad a los suelos y la estructura. También, en algunas partes, se hará una estructura metálica, para dar rigidez a algunos muros, con una muy novedosa tecnología pretensada metálica”, dijo.
Sobre los problemas que presenta la construcción, Nardechia detalló: “Presenta dos fallas, una es que ha cedido el suelo por su composición y eso ha generado que la casa, por su peso, haya tendido a bajar y ejercer el desprendimiento de algunas partes de la estructura y, por otro lado, también tenemos que considerar la antigüedad de la casa y el desgaste de elementos estructurales. Esos son los dos motivos por los cuales se planteó un pliego de consolidación estructural. Con esta técnica de consolidación de cimiento y coronación metálica superior, vamos a dar respuesta científica y técnica a ese problema”.
Inventario de la Colección del Museo Fader
La reconocida restauradora Cristina Sonego explicó que el inventario de la Colección del Museo se realizó en dos etapas. Por un lado, se hizo el relevamiento, catalogación y digitalización de datos de cada obra. Por otro, se fotografió reverso y anverso de cada obra y su estado de situación.
La tarea permitió detectar las anomalías y constatar el estado de situación de cada pieza mediante la observación organoléptica y con el método de luz ultravioleta. Estos datos fueron vertidos en una base de datos, lo que permite estudiar la colección y analizarla a futuro.
La experta aclaró que “es un trabajo que nunca se había hecho en toda la historia del museo, que se ha cumplido con todas las normas de relevamiento y preservación preventiva. De las 1.727 obras registradas, los resultados arrojaron un porcentaje de entre 62 y 70 por ciento de las obras en muy buen estado, un 20 por ciento en estado regular, es decir que necesiten una limpieza, y un 10 por ciento que van a necesitar una intervención, a futuro”.
Por último, el especialista en Historia del Arte Pablo Chiavazza explicó que “si bien existían inventarios parciales anteriores, lo que realizamos fue una normalización del sistema de registro de la colección. Lo logramos a partir del diseño de una base de datos, que nos permite establecer una serie de variables que completamos a través del contacto directo de las obras”.
“Cuando comenzamos, sabíamos de la existencia de alrededor 1.520 obras. Cuando lo terminamos, nos encontramos en total 1.727, por lo que actualizamos el registro. Es un trabajo realizado a lo largo de dos meses, por siete personas que formamos parte del equipo”, finalizó Chiavazza.