El alcohol diluido en agua al 60-70% es la fórmula más eficaz para desactivar el virus
Contra el coronavirus (COVID-19), alcohol y lavandina son más efectivos si se diluyen en agua a las concentraciones indicadas por los expertos. La clave: desorganizar la membrana del virus, para que no pueda contagiarnos.
Puede combatirse con hábitos sencillos de limpieza. Para la desinfección, es tan importante el producto como el método, ya que no utilizado como se debe su acción no será tan efectiva contra virus y bacterias.
El alcohol es más efectivo al 60% o 70% y esto vale siempre y para todo tipo de infecciones, porque tiene mayor penetrabilidad al mezclarlo con agua.
El alcohol líquido en la farmacia tiene una concentración de casi el 100%, sin embargo, para estos casos es mayor el potencial de penetración del alcohol al 70%. Esto sucede porque los alcoholes tienen la propiedad de que el agua los ayuda a una mayor penetrabilidad.
Lavandina, alcohol y esponjas
Para los lugares públicos o centros de salud o donde hay mas riesgo de contaminación, la dilución de la lavandina comercial (concentrada, de 50 gr. para arriba), debe ser 1 parte de lavandina por 50 de agua. Ejemplo: 1 cc. de lavandina por 50 cc. de agua. Para una casa de familia para higiene general la dilución se puede usar de 1 en 100, es decir, la mitad de lo anterior. Para medir se recomienda utilizar recipientes graduados que se usan habitualmente para cocinar.
Alcohol líquido: colocar 7 partes de alcohol y 3 partes de agua en un recipiente limpio o en un rociador.
Para limpiar el trapo o esponja tradicional, detergente o limpiador, para luego pasar a la desinfección o saneamiento.
Desorganizá la membrana
Es un virus envuelto. Esa estructura formada por lípidos es sensible al alcohol, que la desorganiza y que impide que el virus encuentre un receptor en nuestras células, las invada y así nos infecte.
Esa especie de cápsula tiene una envoltura que es una parte de nuestra membrana plasmática. Cuando nos invaden y se van de nuestra célula se llevan una parte de esa membrana, que ellos modifican con algunas espículas (estructuras similares a agujas).
Esa estructura se desorganiza por acción de los desinfectantes, lo que da como resultado es que no puede infectarnos. El virus es sensible a la mayor parte de los desinfectantes, porque se le daña la membrana.