El rol de la maestras fue destacado en la Jornada Interinstitucional por el Día de la Mujer
En un encuentro organizado por el Poder Judicial, expuso la coordinadora de Género de la Dirección General de Escuelas sobre la función de las docentes en la sociedad en distintos momentos históricos y las condiciones que debían cumplir para ingresar en el mundo laboral de la educación.
La coordinadora de Género de la Dirección General de Escuelas (DGE), Verónica Fresneda, participó este martes en la Jornada Interinstitucional por el Día Internacional de la Mujer, organizada por el Poder Judicial de Mendoza. Se desarrolló en el salón de actos del Palacio de Justicia y contó con tres momentos para debatir sobre redes interinstitucionales, empoderamiento económico de la mujer y mujeres en tecnología, arte, educación y seguridad.
En su exposición, Verónica Fresneda expresó: “En la DGE tenemos personal docente, personal no docente, estudiantes, personal administrativo y para cada uno de ellos hay normativas propias en cuanto a derechos y obligaciones y hay un régimen disciplinario, por lo tanto todo es muy complejo”.
“Si tenemos que hablar del rol de la mujer dentro del sistema educativo, tenemos que destacar que en el ámbito educativo hay mayoría de mujeres. La incorporación de la mujer en la docencia tiene una explicación política. Cuando se empieza a pensar en una educación obligatoria, se necesitó pensar quién iba a impartir las clases”, dijo Fresneda.
“Haciendo un poco de historia, la mujer ingresa al mundo de la docencia como una apertura en el mundo laboral. Las mujeres somos las que cuidamos, educamos, porque la escuela es el segundo hogar, porque la seño es la segunda mamá, porque la celadora es la que limpia, porque los celadores varones hacen trabajos de ordenanza”, podría ser una interpretación, sostuvo.
“En 1914 se registró que el 74 % de docentes eran mujeres. Pero no fue tan liviano entrar al mundo laboral. Una mujer que era docente era culta, no era cualquier mujer. En la época del presidente Alvear, 1923, se creó un contrato de adhesión por el cual las maestras debían comprometerse a no casarse, no andar en compañía de hombres, estar en su casa entre las 8 de la tarde y las 6 de la mañana, no pasearse en heladerías del centro, no teñirse el pelo, no fumar cigarrillos, no beber bebidas espirituosas, no usar ropa brillante y no usar vestidos que queden cinco centímetros arriba de los tobillos”, contó la coordinadora de Género de la DGE.
“Si no cumplía, esta mujer se quedaba sin trabajo. El Estatuto del Docente, que es de 1984, dice que las docentes deben: observar una conducta moral acorde a la función educativa y no desempeñar ninguna actividad que afecte la dignidad del estado docente. El Estatuto del Empleado Público vigente dice: observar en el servicio y fuera de él una conducta decorosa. No hay un solo artículo donde esté especificado qué hacer ante una situación de abuso sexual, laboral o violencia de género”, añadió Fresneda.
“Estamos en el ministerio más grande y con más cantidad de mujeres. Son 41.6000 las mujeres que forman esta área y recién el año pasado se creó la Coordinación de Género. Queremos proponer alternativas y modificaciones, ya que no solo nos encargamos de asuntos pedagógicos. La escuela es un lugar de construcción social, debemos reglamentar la ley de violencia de género”, finalizó.