En el penal de mujeres trabajan “Todas juntas en acción”


Esta jueves quedó inaugurado en la Unidad Nº3 del Servicio Penitenciario el primer Centro Cultural, que lleva el nombre de El Hormiguero. “Se trata de un trole que había sido abandonado y que fue reconvertido íntegramente en un espacio dedicado a la cultura”, explicó Beatriz Bizzotto, jefa de Tratamiento y responsable de los talleres que se dictan en el penal de mujeres que se encuentra ubicado en El Borbollón. “La reconversión del interior y exterior del trole estuvo a cargo de las propias internas”, subrayó Bizzotto.

Durante la inauguración, autoridades del Servicio Penitenciario y del Gobierno provincial destacaron la necesidad de promocionar actividades culturales dentro de las cárceles, a fin de que las personas privadas de libertad adquieran hábitos y herramientas necesarias para favorecer y promover su reinserción en la sociedad.

Otro de los objetivos que se persigue con este tipo de proyectos es que quienes están detenidos puedan devolverle a la sociedad parte de lo que el Estado invirtió en ellos mientras cumplían sus condenas. En este sentido, las autoridades explicaron que muchos de los productos que elaboran en los talleres son donados a instituciones.

Lucía Pannocchia sostuvo que el Centro Cultural “forma parte de un plan integral con el que se trabaja en el penal desde enero”. Comentó que “la idea es continuar trayendo más capacitaciones” y que todo esto “tiene que ver con una tarea de articulación con entidades de formación permanente, donde hay muchos proyectos que se van a ir complementando”. Pannocchia citó como ejemplo la donación de sábanas y frazadas al Hospital Lagomaggiore confeccionadas por las internas que participan en el taller de costura.

“Cada una de las internas ha realizado su aporte con mucha creatividad e ingenio para hacer posible la concreción de El Hormiguero -nombre con el que bautizaron al Centro Cultural-”, detalló Claudia Cabrera, directora de la Unidad Penal Nº3. Indicó que “lo llamaron así porque al mirar las hormigas han podido observar que no se trata de simples grupos, sino de auténticos y efectivos grupos de trabajo. Las claves de un trabajo en equipo son la complementariedad, la coordinación, el compromiso, la comunicación y la confianza. Soy una convencida de que este espacio va a permitir el crecimiento de cada una de ellas para que en su egreso se vean fortalecidas con herramientas y recursos para reintegrase a la sociedad”.

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“Ya teníamos una biblioteca, que depende de la Dirección General de Escuelas, pero que funciona solamente de lunes a viernes, y nosotros queríamos que las internas también tuvieran acceso a un lugar dedicado a la lectura los fines de semana”, comentó Bizzotto sobre el origen del proyecto. “Así fue como comenzamos a pedir donaciones de libros mientras buscábamos un lugar donde instalarlo y es aquí donde le tenemos que agradecer a Lucía (Pannocchia), quien fue la que hizo las gestiones para traer este trole, que se encontraba en desuso”, agregó Bizzotto.

“Pero no nos conformamos sólo con esto, vamos por más”, dijo al señalar que el espacio será utilizado también como un lugar de recreación para las internas y sus hijos. Es por ello que en El Hormiguero se podrán desarrollar talleres de pintura, carpintería y cine debate. “Entendemos que el aprendizaje que brinda el trabajo en equipo contribuye a la resocialización de las internas”, sostuvo Bizzotto, y agregó: “Tener espacios de trabajo es muy importante. Las internas pueden elegir entre diferentes talleres, además de que pueden continuar con sus estudios primarios, secundarios y universitarios. Se trabaja para reciclar las emociones”.