“Estamos defendiendo esta puesta con el cuerpo”
Los reconocidos actores de larga trayectoria en la escena nacional Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna contaron su experiencia, como directores y protagonistas, en la adaptación de la novela histórica de Andrés Rivera, que narra la historia de Juan Manuel de Rosas, desde su exilio en Southampton, donde rememora los episodios de su vida y su relación con los personajes de la política argentina del siglo XIX.
La charla tuvo lugar en la sala Gildo D´Accurzio de la Biblioteca Pública General San Martín, con un auditorio colmado de referentes de la escena local. Así, directores, actores y público en general, participaron de un ida y vuelta interactivo con Pompeyo Audivert y Rodrigo de la Serna.
Rosas es uno de los personajes más controvertidos de la historia argentina, pero en esta obra se rescata el costado humano del hombre, alejado del mito que impone la misma historia. Los dos personajes que suben a escena en El Farmer, logran estar en la misma sintonía, mostrando las distintas facetas de un mismo hombre, con sus temores, sus miserias, su poder, su soledad y su tristeza.
Una gran obra
La apertura del encuentro estuvo a cargo del secretario de Cultura de la provincia, Diego Gareca, que destacó la importancia del intercambio con los hacedores locales, asegurando: “En primer lugar agradecemos a la Biblioteca el habernos abierto el espacio para esta charla. Los que tuvimos la oportunidad de estar anoche en el Teatro Independencia, hemos disfrutado de una gran obra, un trabajo formidable. La idea es aprovechar la estadía en Mendoza de estos dos referentes y que puedan compartir con ustedes e intercambiar con los asistentes su experiencia en la escena teatral”.
Desde el inicio los actores invitados expusieron su experiencia sobre el proceso creativo y la gestación de la obra, “todo empezó de una forma casual, como suele suceder en estos casos, cuando el hijo de Andrés me acerca el texto y me propone hacer una obra teatral de El Farmer. Yo la había leído y me había encantado, incluso había visto sus posibilidades teatrales, como muchos colegas, porque hubo varios directores que intentaron hacerla. Justamente se me presentó a mí la misma dificultad que vieron otros, que es una obra no que cabría en un cuerpo, muy fatigosa, con mucho texto y que podría resultar moroso, denso. Pero yo ya estaba embarcado en esto y tratando de sortear esas dificultades, fue entonces cuando se incorpora Rodrigo, que también había leído el libro. Es por eso que la obra se desdobla en dos cuerpos, en dos actores, uno el Rosas en aprietos y el otro, el doble místico, el que va a quedar”.
Es a partir de la idea de desdoblar al personaje y darle teatralidad a la puesta, que los actores comienzan a trabajar la obra y las resoluciones se empezaron a dar naturalmente, con mucho trabajo en equipo. El objetivo perseguido era mostrar la distancia en la vida de Rosas, entre el hombre de su juventud y el anciano en el ocaso de su vida, un hombre que se habla y se pregunta así mismo y que no puede escapara de su propio laberinto.
A esta adaptación en conjunto, se incorpora un tercer director Andrés Mangone. En un largo proceso, en el que Audivert y De la Serna trabajaron muchísimo como actores, poniendo el cuerpo y como directores diagramando y sorteando cada detalle de la puesta.
Según comentó De la Serna, “En cada función seguimos adaptando y ajustando la obra, de ninguna manera la obra que presentamos hoy, es la misma que la que se vio el día del estreno. El caso de mi personaje es el más maleable, porque se abre a más posibilidades, con una posición onírica, porque los recuerdos del otro, cargan sobre mí y atraviesan más allá. Los que nos interesa como actores no es mostrar una imagen desmesurada, sino más poética, mas naturalista y realista, pero manteniendo una lírica que se manifiesta en el cuerpo por la misma dinámica de la obra. Lo que sucede es muy interesante porque tanto los rosistas, como sus detractores, comienzan a ver otro costado del mismo hombre, se permiten por lo menos pensarlo desde otro lugar y eso ya es un gran logro”.
“En el Farmer conviven muchos niveles, está lo histórico, lo nacional y lo físico. Estamos defendiendo esta puesta con el cuerpo, la ventaja que tenemos es que la conocemos con mucha intimidad, desde su gestación y la defendemos noche a noche”, dijo al actor para finalizar.
La obra se presentó el sábado por la noche a sala llena en el Teatro Independencia. Este lunes, a las 21, es la segunda y última función en Mendoza.