Heber Orona, con el objetivo de volver al Himalaya el próximo año


El alpinista mendocino, que ascendió las cumbres más altas de cada continente, espera retomar en 2022 nuevos desafíos deportivos en el exterior.

El reconocido deportista extremo, de 51 años, tuvo que postergar por la pandemia algunos proyectos deportivos en el exterior durante 2020 y este año. Además, por no tener temporada en el Aconcagua en el último verano, llevó adelante otros desafíos de montaña en nuestra provincia y en el país, esperando siempre la oportunidad de regresar a las expediciones en las altas cumbres del mundo.

Repasando su amplia trayectoria, Orona fue el primer argentino en hacer cumbre en el monte Everest (8.848 m) por la cara norte (Tíbet) sin tubos de oxígeno ni porteadores de altura. Escaló 46 veces el cerro Aconcagua (6.9962 m) por cuatro rutas diferentes.

El montañista, padre de Agustín, fue criado por sus abuelos en la localidad cordillerana de Polvaredas (Las Heras), lo que le permitió desde muy corta edad tomar contacto con la montaña y su entorno y aquellos primeros pasos. que comenzaron como hobby, se fueron trasformando en una pasión.

Es director de Heber Orona Expediciones & Trekking, guía de alta montaña y trekking, instructor nacional de montaña, miembro del Grupo de Socorro Andino, de la Asociación Mendocina de Guías de Alta Montaña y Trekking, fundador y miembro de IMA (International Mountaineers Association) y socio honorario del Club Andinista Mendoza (CAM).

El primer argentino en llegar a las 7 cumbres del mundo

Orona se convirtió en el primer argentino en haber alcanzado “las siete cumbres”: Everest en Asia, Vinson en Antártida, McKinley en Norteamérica, Elbruz en Europa, las Pirámides de Carstensz en Oceanía, Aconcagua en América (Ruta Normal o Noroeste, Ruta Glaciar de los Polacos, Ruta Pared Sur -Ruta Messner- Ruta Falso Polacos) y Kilimanjaro en África, entre 1.999 y 2.006.
Las cumbres más destacadas alcanzadas por el mendocino son las siguientes: Monte Everest 8.848m (Nepal – ASIA); Aconcagua 6.962m (Argentina); McKinley 6.194m (Alaska – USA); Illimani 6.400m (Bolivia); Kilimanjaro 5.895m (AFRICA); Elbrus 5.642m (Rusia – EUROPA); Tupungato 6.500m (Argentina); Mercedario 6.770m (Argentina); Condoriri 5.500m (Bolivia); Pirámide de Carstensz 5.029m (OCEANIA); Huayna Potosí 6.100m (Bolivia); Ojos del Salado 6.863m (Argentina); Pequeño Alpamayo 5.400m (Bolivia); Pico Plata 6.000m (Argentina); Volcán Llullaillaco 6.739m (Argentina); Orizaba 5.700m (México); Lanín 3.770m (Argentina); Plata 6.100m (Argentina); Volcán Galán 5.700m (Argentina); Artesonraju 6.034m. (Perú); Tambillos 5.600m (Argentina); Quitarraju 6.036 m. (Perú); Licancabur 5.700m (Bolivia); Vinson 4.897m. (Antártida); Pico Lenin 7.134m. (Kirguistán).

Sus desafíos en pandemia

Orona explicó que “en la actualidad, desde que comenzó la pandemia estuve con pocos proyectos sobre todo en el exterior. En 2020 tenía 5 viajes al extranjero por trabajo que algunos fueron pospuestos y esperando la oportunidad de ir, uno de ellos este octubre a la base de Everest y volví a pasarlo para Abril 2022”.

Al respecto indicó que “al no tener temporada de Aconcagua en el verano del 2021, estuve trabajando en San Juan (Mercedario 6720m.) y Salta (Llullaillaco 6739m.) y entre medio para mantenerme, algunos proyectos de montaña dentro de la Provincia junto a otros compañeros y colegas, con la idea de hacer algo de forma explorativa, montañas con accesos más limitados, o con pocos ascensos.

“Con este grupo de amigos –agregó-, estuvimos explorando la zona de Tunuyán en el Cordón del Portillo, en una montaña que había quedado pendiente de ascenso desde 1955, y pudimos llegar por primera vez a su cumbre, en honor a quien había intentado y dentro de ese grupo una persona que aún está entre nosotros le pusimos el nombre a esa cumbre de Ulises Vitale, montaña de 5.195 metros”.

Destacó que “continuando con este tipo de actividades y con el mismo grupo, estuvimos en la zona de la Laguna del Maipo, logrando acceder a dos cumbres importantes, una de ellas solo ascendida por un grupo de japoneses en la década de los 40’, realizando la primera ascensión Argentina y segunda en su historia, como está dentro de una reserva provincial no se puede dar muchas más información, tuvimos que pedir un permiso especial para acceder a esta zona”.

Señaló además que “en el verano, entre medio de los trabajos, volvimos con las salidas de exploración con amigos y regresamos a otra montaña que ya había sido ascendida por unos geólogos la cual hicimos su segundo ascenso al Cerro Mirador de los Geólogos, de un poco mas de 5.000 metros de altura (5.095 metros), su primer ascenso en 1989.

“Con este grupo de amigos montañistas –dijo-,siempre es la idea de visitar montañas con pocos ascensos, explorar nuevos sitios compartiendo un asado y anécdotas. Recientemente y para festejar el día del montañista subimos el Cerro Negro de 5.600 metros en la zona de Barreal, San Juan”.

Comentó que “si bien sigo con actividades de montaña por el día, con grupos de amigos explorando o grandes montañas dentro de Argentina donde se puede trabajar, no pierdo las esperanzas de volver con los viajes de trabajo en el exterior y también con viajes de intereses personales, que representan un gran desafío donde hay que prepararse físicamente, armar y organizar toda una logística como en las grandes montañas superiores a los 7 mil metros. Soy optimista de volver a la temporada de trabajo en Aconcagua no sólo por trabajo, también nos permite estar en contacto con grandes montañistas lo cual a veces se coordinan viajes con nuevos desafíos”.

En ese sentido manifestó que “por trabajo quiero ir a la base de Everest con clientes que se ha postergado en abril y octubre del año pasado y este año parece lo mismo. No se trata de subir el Everest, sino de un trekking hasta la base. El objetivo deportivo sería volver a la cordillera de los Himalayas temporada 2022, pero sin saber aún cual montaña específica”, concluyó.

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