Día del Cáncer Infantil: Historias que inspiran y alientan a continuar
El 15 de febrero se conmemora el Día Internacional del Cáncer Infantil, para visibilizar, sensibilizar y generar conciencia acerca de esta patología.
En Mendoza se diagnostican entre 80 y 100 casos por año. El 95% de ellos son tratados en el Hospital Notti por los servicios de Hemato-oncología y Oncología. De ese porcentaje, 40% son leucemias y el resto son tumores sólidos.
Sin bien es cierto que otorgar un diagnóstico de este tipo no es sencillo, conocemos el caso de Agustín Gil, que nos llena de alegría y nos invita a la reflexión, sobre todo de saber que, ante la adversidad, la esperanza, el coraje y la perseverancia ayudan a sobrellevar este tipo de circunstancias.
Joven, alegre, predispuesto, trabajador y deportista, Agustín creció en una familia rodeado de amor y cuidados. En sus 26 años, ha superado innumerables obstáculos que lo han llevado a ser la maravillosa persona que hoy conoceremos.
Agustín tiene síndrome de Down. Sin embargo, esto no ha sido un impedimento para lograr todo lo que se ha propuesto, siempre apoyado por sus padres Ricardo y Susana y sus hermanos mayores. Sin dudas, uno de los momentos más álgidos que le tocó atravesar a él y a su familia fue cuando sus padres comenzaron notar pequeños signos que hacían prever que algo no estaba del todo bien.
“A los tres años comenzamos a notar que cuando Agus se lastimaba, le costaba mucho que esa herida cicatrizara. Un día comenzó con mucha fiebre y, al no poder bajarla, decidimos llevarlo a un hospital privado, donde lo atendieron y comenzaron a hacerle estudios para saber qué estaba pasando. Fue ahí donde nos dieron el diagnóstico de leucemia mieloblástica aguda. Fueron muchos días de preocupación y miedo, pero Agustín siempre salía adelante y siempre con una sonrisa”, relata su mamá Susana.
Luego de un tiempo de tratamientos, el plantel médico le aconseja a la familia Gil continuar en el Hospital Garrahan de Buenos Aires. Sin embargo, y tras una reunión con el jefe del Servicio de Oncología del Garrahan, les sugieren que sea atendido por vía periférica o que se comunicaran con ellos para poder continuar el tratamiento. Desde Mendoza no accedieron a esa propuesta. Fue entonces que la familia decide buscar otras alternativas dentro de la provincia y realizaron una interconsulta en el Hospital Notti.
“Nosotros siempre pensamos que lo que estábamos pasando no era fácil pero tampoco sentíamos que fuera algo que nos hiciera bajar los brazos y fue allí, en el Hospital Notti, donde conocimos lo que es la calidad y la calidez de atención de todos los que integran ese servicio”, comentó Ricardo.
Si bien fueron muchos días de internación y de tratamientos ambulatorios, Agustín recibió el alta luego de 5 años de tratamiento y hoy disfruta de una vida absolutamente normal.
Agustín asiste a la organización sin fines de lucro Creo en Mí, que brinda servicio terapéutico para personas con discapacidad y cuyo objetivo es facilitar la inclusión social. Gracias a los convenios que la institución mantiene con distintas empresas y organizaciones, Agustín trabaja desde hace dos años como ayudante de cocina en el sector de pastelería en un importante hotel de la provincia.
Además, gracias a un compañero de trabajo, este año comenzó a practicar rugby inclusivo en la Universidad Nacional de Cuyo, en el equipo Los Cuyis.
El sonido de la campana: una melodía de alegría y esperanza
Desde hace varios años y como una celebración interna, se realiza en la sala de espera de la Isla 2 la ceremonia de alta definitiva Campanas a la Vida. Tiene el objetivo de comunicar que pasaron cinco años de tratamiento y que el paciente ya no presenta sintomatología de leucemia.
Esta celebración, al principio, era compartida por quienes se encontraban trabajando en el Servicio de Oncología y en la sala de espera, pero con el paso de los años surgió la necesidad compartirla con todo el hospital. Por eso, cuando suena la campaña, todos quienes nos desempeñamos en el hospital la asociamos a una dulce melodía que transmite alegría y esperanza.
Fueron los papás de Agustín quienes donaron la campaña que ejecuta el más alegre de todos los sonidos. “Al enterarme de este acontecimiento fue que se me ocurrió la idea de regalar una campana al servicio para que los chicos puedan tocarla y que se escuchara en el hospital. Durante un tiempo estuvimos buscando la indicada en negocios y artesanos, hasta que la conseguimos. El día que la llevamos a la sala, vimos con sorpresa que se comenzó a usar con un pie de suero, que es como se comienza el tratamiento, con el suero, la quimioterapia, y la historia termina con el llamado a la vida nuevamente”, recordó Ricardo.
Susana, por su parte, aprovechó la ocasión para agradecer en nombre de toda su familia y en especial de Agustín a todos los profesionales, enfermeros y personal por todo lo que hicieron no solo desde la medicina sino también desde la contención y lo afectivo. Y finalizó con una profunda y sentida reflexión: “El transitar este camino es un cúmulo de emociones, alegría, angustia, esperanza, espera. Son un conjunto de sensaciones que se llevan durante todo el proceso y cuando se escucha el sonido de esa campana, uno siente que vencimos todo esto, que valió la pena”.