“Hoy se exige que el Zoológico se transforme en un centro de conservación de especies amenazadas”


¿Cuál es el motivo de su visita a Mendoza?

Vengo invitado por Greenpeace para poder compartir mi experiencia de cuando ocupé la dirección del Zoológico de Buenos Aires.

Mi anhelo es que al zoológico de Mendoza no le pase lo mismo que me paso a mí y también desearía realizar un aporte para que podamos seguir con un camino coherente. Comparto con Greenpeace la preocupación por este ejemplar, pero creo que la Argentina tiene otros desafíos.

Nuestro país puede hacer muy poco por salvar a los osos polares de su extinción. Lo que sí puede hacer es salvar su fauna, alguna de sus especies amenazadas. Destinando o derivando o reorientando los recursos que hoy emplea en un oso polar, el último de la Argentina, Arturo, en la fauna argentina amenazada.

¿Cómo vio la situación del oso polar?

En mi opinión no está en la situación alarmante que muchos creen, en eso quiero llevar tranquilidad. Pero el problema fundamental no es si el oso está bien o está mal. Porque aunque esté en las mejores condiciones del mundo, este oso no cumple ninguna función para la conservación de su especie, acá en Mendoza.

Las autoridades actuales no han comprado un oso. Este oso esta acá desde hace mucho tiempo, de un tiempo en donde los objetivos del zoológico eran otros.

¿Cuál sería el objetivo del Zoológico entonces, desde su punto de vista?

Hoy estamos en otra época donde se exige que el Zoológico se transforme en un centro de conservación de las especies amenazadas del país o de la región en donde está emplazado y un centro de educación ambiental.

Muchos de los animales cautivos que se encuentran en el Zoo de Mendoza proceden de secuestros, decomisos o rescates y esos rescates se producen porque hay mucha gente que caza furtivamente, que compra ilegalmente animales que hace daños a la naturaleza y ¿a dónde van a parar los animales?.

Muchas veces el Zoo humanitariamente lo recoge y mucha gente que no conoce, durante su visita dice: “-Mirá todos los pumas que tienen”, pero nadie se pregunta de dónde salieron esos pumas. El zoológico no salió a capturar pumas de la naturaleza, por ejemplo.

¿Cómo debería funcionar un Zoológico moderno?

Un Zoológico tiene que funcionar como una unidad de rescate de la fauna cuyana o mendocina, en el caso del de Mendoza, aunando esfuerzos con las áreas protegidas que son el gran desafío del estado o sea conservar los ambientes naturales, porque ahí está la gran biodiversidad de la fauna.

Compartir desafíos con los museos de ciencias naturales y con los institutos de investigación. Mendoza es una provincia con mucho prestigio en materia de la ciencia, tiene grandes personalidades de la ciencia nacional.

El Zoológico no puede trabajar como un ente aislado que se dedica a exhibir animales. Eso quedó como parte de la historia del siglo XIX y parte del XX. Hoy, si los zoológicos no se transforman van a desaparecer.