La huerta-vivero Sembrando Esperanzas, de la DRPJ, continúa con sus actividades de temporada primavera- verano


El Centro de Abordaje Integral para Adolescentes (CAIPA), dependiente de la Dirección de Responsabilidad Juvenil (DRPJ), continúa con sus actividades de temporada realizadas en la huerta-vivero Sembrando Esperanzas. Está dirigida a adolescentes que se encuentran bajo la modalidad de derivación por la Justicia Penal Juvenil de Mendoza.


En la huerta se desarrolla un curso que tiene como base la “práctica guiada”. Esto es el aprendizaje a partir de la experiencia en los trabajos que se realizan. Por ejemplo, los procesos que tienen la huerta y el vivero, el manejo del suelo y la preparación de la tierra, el conocimiento de herramientas, para qué sirve cada una. Para las clases, se entrega a los estudiantes indumentaria adecuada, botas y guantes.

“Durante esta temporada se tuvo en cuenta la asociación de cultivos, se sembraron habas intercaladas con lechugas, ya que las habas tienen la propiedad de captar el nitrógeno de la atmósfera e incorporarlo al suelo. Así, beneficia a la lechuga, que se alimenta del nitrógeno. Además, tenemos sembrados cuadros con acelgas, orégano y otras aromáticas útiles para el control de plagas de la huerta”, manifestó el instructor de la huerta vivero, Julio Olivano.

Esta práctica tiene un objetivo educativo, que es el aprendizaje del oficio que le dé la posibilidad al joven de trabajar tanto en huerta como en jardinería. Adquieren conocimientos del cultivo de plantas ornamentales, flores y otras plantas de huerta y jardín. Se promueve así un proyecto de vida basado en el cuidado del medio ambiente y en la práctica de huertas domiciliarias como estrategia para una alimentación saludable y que a su vez articule una respuesta alimentaria a familias de bajos recursos.

La tarea también tiene un contenido socio-educativo. Se trabaja con los adolescentes de forma grupal e individual, ya que el ámbito de la huerta permite una relación más relajada, que posibilita el diálogo y la reflexión de las problemáticas que traen los adolescentes que atiende la DRPJ.

La actividad de la huerta-vivero está estructurada como parte del proceso socio-educativo que el CAIPA tiene como propuesta para los jóvenes derivados de los equipos técnicos de la DRPJ. Se fomenta, a través de las diferentes actividades, habilidades de planificación, cuidado, capacidad de espera y organización de los espacios, entre otras.

La actividad recibe asesoramiento del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que además facilita muchas semillas para la producción de plantines. Además, se realizaron visitas periódicas al establecimiento del INTA de Luján de Cuyo.

La producción de hortalizas, habas y lechugas es consumida por los jóvenes en el CAIPA en el almuerzo, y mucho del excedente lo pueden llevar a sus casas para consumo familiar.