La miel: alimento esencial para los seres humanos y producto prioritario de Argentina


Su uso es milenario y va desde el típico tratamiento casero contra la tos hasta enfermedades cardiovasculares o neurológicas. A la vez, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) destaca a la miel como un producto prioritario de Argentina. Dónde comprar en forma directa a los productores.

Considerado uno de los alimentos esenciales, la miel es natural, nutritiva y saludable. Contiene calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso, zinc, fósforo y potasio, aminoácidos, ácidos orgánicos, vitaminas del complejo B, vitamina C, D y E. Además, es antiinflamatoria, antioxidante y contiene agentes antibióticos. Las personas suelen usar la miel por vía oral para tratar la tos y, de forma tópica, para quemaduras y favorecer la curación de heridas.

De este líquido dulce que fabrican las abejas usando el néctar de las plantas con flores existen alrededor de 320 tipos diferentes que varían en color, aroma y sabor.

La Clínica Mayo indica que hay investigaciones sobre el uso de la miel para tratar afecciones específicas como enfermedades cardiovasculares, tos, enfermedad gastrointestinal, neurológica y cuidado heridas, sobre todo quemaduras.

La miel es segura tanto para los adultos como para niños mayores de un año, mientras que los menores de un año no deben ingerirla porque les puede provocar una afección gastrointestinal poco frecuente pero grave, llamada botulismo infantil.

Para los adultos alérgicos o sensibles al polen, cabe la advertencia de no consumir miel. En caso de que no estén seguros, hay síntomas o reacciones indicadoras, como silbido al respirar y otros síntomas asmáticos, mareos, náuseas, vómitos, debilidad, sudoración excesiva, desmayos, ritmo cardíaco irregular (arritmias) o escozor después de la aplicación tópica.

Un millón de flores

Según publicaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO es la sigla de Food and Agritulture Organization):

  • Para hacer 1 kg de miel se necesitan 1 millón de flores y 50.000 vuelos de abeja.
  • Cada colmena puede producir unos 20 kg de miel al año.

Un catalógo completo y compra directa a los productores

Es recomendable comprarlas en lugares de confianza: de forma directa al apicultor, en dietéticas o mercados como el de la economía social. El catálogo de la economía social reúne una oferta diversa y muy completa, desde mieles distintas hasta productos a base de miel con otros agregados naturales. La compra es directa al productor a consumidor, lo que además de garantizar calidad, disminuye el valor final del producto. Para ver toda la oferta, enlazar aquí.

 Sinergia vital

Las flores necesitan que las abejas las visiten para que las plantas sean polinizadas y como incentivo producen su néctar. El néctar es una solución de azúcares y otros elementos menores que las abejas recogen para fabricar el compuesto que se convierte en miel. Los distintos tipos de miel contienen diferentes azúcares que cambian según el origen del néctar y de otras sustancias en cantidades mínimas, como las sales minerales, las vitaminas, las proteínas y los aminoácidos.

Valores nutricionales por 100 g

En la miel hay muchas vitaminas: filoquinona tiamina, riboflavina, piridoxina niacina, ácido pantoténico y ácido ascórbico.

Los minerales que contiene la miel son sodio, calcio, potasio, magnesio, fósforo zinc, cobre, hierro, manganeso, cromo y selenio.

La miel no contiene grasas y cada cien gramos tiene 300 calorías, en su mayoría carbohidratos que se complementan con proteínas (0,5 g).

Más de 300 tipos

En el mundo hay más de 300 tipos de miel monoflora y varían según su color  de blanco a marrón oscuro y hasta negro, según su origen botánico. La miel tropical tiende a tener mayor cantidad de polen y humedad.

Italia es el único país del mundo que produce más de 30 variedades de miel, pero también es el país que consume menos cantidad de miel.

FAO: La miel producto, prioritario de Argentina

La Iniciativa Global Un País, un Producto Prioritario (UPUP) llegó el año pasado a nuestro continente. En el caso de la Argentina, el producto seleccionado es la miel y se trabaja en tres aspectos básicos: mejorar la producción y la productividad, aumentar la sostenibilidad ambiental y la resiliencia climática y brindar valor agregado y acceso a los mercados.

Según la información de la FAO, la actividad apícola en la Argentina se desarrolla en casi todas las provincias y utiliza 95% de insumos de producción nacional. Se estima que hay poco más de 35.000 productores apícolas y, de acuerdo con el número de colmenas que tienen, 85% de ellos son pequeños y medianos y 15% son de escala más grande. También hay productores independientes y otros que trabajan agrupados. 

Según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (MAGyP), Argentina se ubica entre los tres principales productores de miel a nivel mundial, siendo el segundo exportador con un volumen promedio superior a 75.000 toneladas anuales, de cuyo total, 75% se exporta y 25% se consume a nivel interno.

La producción apícola admite una diversidad de productos: miel, polen, jalea real, cera, propóleos, núcleos, reinas, polinización y apitoxina. Además, subproductos, como cerveza con miel, cosmética apícola, caramelos de miel y de propóleos, velas a partir de la cera natural de las abejas y la hidromiel o aguamiel, una bebida producida solo a base de miel, agua y levadura, que contiene acciones benéficas para la salud.

Tradicionalmente, en casi todas las sociedades sobre la Tierra se conoce y se utiliza la miel. Pinturas rupestres cerca de Valencia en España de hace 15.000 años representan a hombres recogiendo miel. La Biblia y el Corán alaban las virtudes de la miel como alimento de valor nutritivo. La reputación de la miel como alimento sano y popular es una excelente base sobre la cual construir un sistema de vida y desarrollo.

Fuentes:

  • Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza a través Dirección de Economía Social-Departamento de Educación para la Salud (nutricionista Fátima Ghazoul).
  • Información por internet: FAO y Clínica Mayo.