La preponderancia del zanjón Maure en el sistema aluvional del Gran Mendoza


Su cauce recorre una zona muy poblada, con creciente actividad económica. Durante su trayecto recibe el aporte de las cuencas urbanas de Godoy Cruz. Por eso, es fundamental el cuidado ambiental para su preservación y óptimo funcionamiento.

La cuenca Maure está regulada por la presa del mismo nombre y fue construida en 1944 en escollera. Es clave, porque durante su recorrido suma el aporte de las cuencas de Godoy Cruz y atraviesa un área densamente poblada con una gran actividad industrial y comercial.

Características técnicas

El zanjón Maure tiene una altura de 14 metros y un volumen de embalse de 0,53 hectómetros cúbicos. Evacua el agua a través de dos descargadores de fondo y un vertedero que fue ampliado.

Consiste en un escollerado con lajas de hormigón aguas arriba y aguas abajo. La longitud de coronamiento es de 167 metros sobre el cauce principal, más 72 metros sobre la margen izquierda para completar el cierre más 16 metros del puente sobre el canal del aliviadero.

Además, como sistema de evacuación y laminación hidráulica, cuenta con dos torretas con cuatro orificios por nivel.

El canal de evacuación es de sección trapecial y conjuntamente con la obra de disipación se encuentran ejecutados en hormigón armado. La capacidad de evacuación de las torretas en su conjunto es de 38 metros cúbicos por segundo.

El vaso cuenta con una capacidad de retención de 0,53 hectómetros cúbicos.

El funcionamiento de regulación se basa en acumular en el vaso del dique, el agua precipitada que proviene la cuenca pedemontana, formando un reservorio al oeste y fuera de la zona urbanizada del Gran Mendoza. A medida que el agua se acumula, comienza a ser evacuada por los orificios de las torretas del sistema de evacuación.

Cuando el nivel de agua va aumentando en el vaso, la descarga a través del sistema de torretas incrementa su magnitud, ya que se incorporará paulatinamente a la evacuación el nivel superior de orificios de la torreta.

Para favorecer el ingreso de las primeras descargas, los dos niveles inferiores cuentan con un abocinamiento lateral para incrementar la eficiencia hidráulica y detener el arrastre de la vegetación que transporta el frente de crecida.

Estas medidas favorecen la disminución del peligro de obstrucciones de los orificios superiores, momento en que es necesario contar con la mayor sección de descarga, ya que haber alcanzado esos niveles implicaría que se trata de un fenómeno convectivo de baja frecuencia, por lo tanto, de alta intensidad.

La conducción de fuga de las torretas está compuesta por sendas canalizaciones que atraviesan el cuerpo de la presa, se prolongan aguas abajo unos pocos metros y descargan al cauce natural.

Las sucesivas descargas han producido efectos erosivos sobre el cauce, de progresión regresiva, es decir desde aguas abajo hacia aguas arriba. Esta situación provoca que el cauce vaya disminuyendo su nivel de fondo, con lo que la disipación de energía ha alcanzado la progresiva de la desembocadura de la canalización.

Esto hace necesaria una revisión estructural e hidráulica de cada desembocadura para evitar que la erosión regresiva pueda dañarlas y la disipación de la energía pudiera afectar la estabilidad de la presa.

Tomar conciencia ambiental, una responsabilidad ineludible

Muchos de los terrenos limitan con el canal, por lo que las grandes pilas de residuos terminan desmoronándose dentro. Para el caso de grandes acumulaciones del descarte de los residuos, es práctica común la quema de los residuos, para reducir su volumen.

Asimismo, la incineración es usualmente utilizada para hallar los elementos metálicos entre las bolsas recolectadas.

Las nubes de humo de los residuos quemados se generan en cotas mucho más altas que las del casco urbano, causa por la cual, durante las horas más frías del día, se deslizan, como un verdadero fluido, más pesado que el aire, y llegan a la ciudad a través del cauce del propio zanjón Maure.

Ello se conjuga con la propia contaminación de las fuentes móviles de emisión, lo que da como resultado altos niveles de contaminación atmosférica en las primeras horas de las mañanas de invierno (entre las 9 y 10 horas), cuando la capa de inversión térmica 12 se encuentra a pocas decenas de metros sobre la superficie de la ciudad.

Por esta razón, el cuidado de los cauces aluvionales es fundamental para el saneamiento y armonía tanto de la población como para el buen funcionamiento de canales de riego, colectores aluvionales y acequias para regado de la arboleda pública.