“Los consumidores pueden revertir la escalada de precios”
“Desde 1994 tenemos ley de Defensa al Consumidor en este país y hoy tenemos un Estado que protege nuestros derechos como nunca antes había ocurrido en la historia”, afirma Sergio
Rocamora estará al frente de la Dirección de Defensa al Consumidor. Es especialista en la temática del consumo. Dirigió la organización Protección del Consumidor (Prodelco) – entre 1994 y 2007- , cursó posgrados de economía y derecho público. Y hoy, como funcionario y también como consumidor, el entrevistado comparte pautas para comprar mejor.
-¿Qué es lo primero a tener en cuenta cuando vamos a realizar nuestras compras?
Es importante que el consumidor sepa que no siempre los productos exhibidos en las puntas de góndola son los más baratos. Lo mismo suele ocurrir con aquellos que parecen ser una oferta y se encuentran resaltados. Lo importante es que el consumidor compare los productos, mirando no siempre hacia arriba porque, como se sabe, la estrategia de la publicidad es que el consumidor mire hacia arriba y no hacia abajo. Cuando se habla de comparar, hablamos de tener en cuenta no sólo el precio, sino también la cantidad de gramos. Otro aspecto importante a tener en cuenta es que, una vez en la línea de caja nunca dejar de mirar el visor y tener un registro aproximado de cuanto era lo que salía en góndola, y en caso de detectar alguna diferencia automáticamente hacer el reclamo.
¿Cómo incide la publicidad en el precio que pagamos por los productos?
No siempre las marcas más conocidas o las que tienen un mejor marketing o las que más gastan en publicidad son siempre las mejores. Esto se puede constatar. No hay que dejarse guiar por esto ya que hay empresas que tienen dos o tres marcas y son el mismo producto, con idéntica calidad pero con distinto nombre. En este caso debemos llevar y comparar.
¿Qué debemos hacer cuando el precio que pagamos no corresponde con el que vimos en la vidriera o en la góndola?
Hay que saber que el precio que está publicado o exhibido, es el precio contratado y es el que se debe abonar. No existe un precio por tarjeta y un precio por contado o con cualquier medio de pago. Es ilegal que quieran cobrar un 15 o un 20% más, si el pago es con tarjeta de crédito. En este caso debemos hacer la denuncia correspondiente y no realizar la compra.
Respecto a las tarjetas, me parece importante alertar sobre una situación que se ha estado dando en los últimos tiempos: la no admisión por parte de los comercios de las tarjetas de débito o de crédito. Es preciso que el consumidor tenga en cuenta que esta situación lo perjudica porque el uso del débito nos permite, entre otras cosas, un reintegro del IVA y de más está decir, que la tarjeta de crédito le da al comprador un plazo de pago muy importante. Debemos denunciar a la autoridad fiscal el no uso de estos sistemas de pago porque cuando no hay débito, normalmente no hay factura y si no hay factura, no hay garantía. La factura permite que el Estado cobre el impuesto y es la herramienta que tiene el consumidor para poder realizar unreclamo.
¿Cuál es el papel de los consumidores en una coyuntura de aumentos de precios abusivos?
Los consumidores deben ser concientes de la responsabilidad de sus derechos y de la potencia y el poder que tienen. Si el consumidor no consume, nadie vende y cuando nadie vende, el que vende a un precio con un margen de ganancia mayor va a preferir tener un margen de ganancia menor para poder vender. El punto está en que como consumidores sepamos comprar o no comprar cuando no haya que comparar.
Entonces, ¿Qué piensa del “apagón de consumo” que se ha organizado a través de las redes sociales?
Personalmente, creo que debemos hacer un apagón de consumo. Pienso que si nosotros tenemos esa capacidad y esa voluntad social y colectiva para poder decir: hoy no compramos,damos una muestra de fuerza muy importante a aquel que vende. Entre otras cosas, le damos el mensaje que él no va a poder poner el precio que quiera.
Desde el año 1994 tenemos ley de Defensa al Consumidor en este país y ahora tenemos la posibilidad de que el Estado proteja nuestros derechos como nunca antes había ocurrido en las historia. Como consumidores podemos colaborar no comprando lo que lo que está caro. Debemos tomarnos el tiempo de comparar, caminar y, por sobre todo, saber elegir y sustituir.