Los municipios comenzaron a trabajar en la elaboración de mapas de riesgo
Por primera vez se realizarán en cada departamento. Los grupos se han comprometido en continuar el trabajo y serán asesorados por Defensa Civil y funcionarios del gobierno nacional.
Finalizó el curso para la elaboración de mapas de riesgo que Natalia Torchia, representante del Ministerio de Seguridad de la Nación, dió a los integrantes de las defensas civiles departamentales.
Luego de una jornada en la que se analizó el manual y se explicó cada uno de los procedimientos que se deben tener en cuenta para la elaboración de estos mapas; se pasó a la práctica donde los participantes trabajaron en grupos por municipios para identificar la amenaza principal: los procesos de degradación y los factores de vulnerabilidad asociados a esas amenazas.
También establecieron necesidades de información, teniendo en cuenta que se debe detectar en espacios la amenaza y la vulnerabilidad.
Dentro de estos grupos de trabajo se nombró a un referente por municipio que será el interlocutor con la Defensa Civil provincial para dar continuidad y seguimiento al trabajo.
Necesidad de los Mapas de Riesgo
El mapa de riesgo está compuesto de multicapas con información: cantidad de población afectada, qué tipo de actividad comercial se desarrolla, cuántas escuelas hay y por ende, cuántos alumnos con sus edades, cuántos hospitales y centros de salud; si en la zona existen servicios de luz, agua potable y gas, entre otra información de relevancia.
Estas representaciones cartográficas que muestran la distribución de determinados riesgos de desastre en un territorio. Surgen de la combinación de mapas de amenaza y mapas de vulnerabilidad, cada uno de los cuales ya son el resultado de índices e indicadores específicos.
Esta herramienta de análisis también permite identificar zonas de mayor o menor riesgo frente a diferentes peligros, como factor clave para determinar las áreas a intervenir con determinada inversión en infraestructura: construcción de caminos, obras hidráulicas, edificios de salud y educación, entre otras instalaciones.
El principal objetivo es que este recurso sea para prevenir situaciones futuras de riesgo adecuando la gestión del territorio a las condiciones restrictivas para su ocupación.