Megajuicio: “Siempre cumplí órdenes, soy responsable pero no culpable”
Esta mañana se desarrolló la segunda audiencia prevista para esta semana en el IV Juicio por delitos de lesa humanidad. En el primer piso del Tribunal Oral Federal Nº1 se oyó la ampliación declaratoria del ex oficial del Ejército Argentino Carlos Horacio Tragant, y los ex oficiales Pedro Modesto Linares, Julio Héctor Lapaz y Armando Hipólito Guevara. A excepción de Linares, el resto de los imputados sólo respondió a las interrogaciones de sus abogados defensores.
El primero en declarar fue el ex coronel del ejército argentino Carlos Horacio Tragant, que lo hizo mediante teleconferencia desde la Cámara de Casación Penal en Buenos Aires.
Tragant – sospechado de haber formado parte de la represión conocida como Operación Cóndor – fue interventor militar de la provincia de San Juan, designado el 24 de marzo de 1976, por el exgeneral Jorge Alberto Maradona y director del Liceo Militar Espejo de Mendoza, desde el 30 de abril de ese mismo año. En su relato, Tragant ofreció detalles sobre aquel encuentro en donde se lo instruyó sobre tareas de coordinación con el excoronel Pablo Antonio Tradi, Subdirector del Liceo General Espejo, en el traslado de los detenidos alojados allí.
En su declaración ahondó sobre “normas y principios que deben cumplir los militares regidos en reglamentos públicos y reservados”; elogió el desempeño del Liceo Militar y aseguró que “nunca tuvo ninguna queja de cómo funcionaba el mismo”.
Tragant aludió a las cuatro oportunidades en las que prestó declaración y fundamentó sobre la posibilidad de “una confusión” en los testimonios que lo incriman. En este sentido se detuvo en las causas que investigan la detención ilegal de Enrique Luna (fallecido en el 2002) y el asesinato de Santiago José Illa.
“Solo Dios en este momento es mi juez, y sabe que mi conciencia está limpia y tranquila”, expresó Tragant y agregó: “Como militar estoy orgulloso de haber cumplido siempre con las leyes y órdenes militares. Jamás intervine en la lucha contra la subversión”.
El imputado cerró su declaración dirigiéndose al Tribunal al decir: “yo también me he sentido torturado psicológicamente. Soy una persona honesta y de bien que ha estado entre rejas” y reiteró: “Siempre cumplí órdenes. Soy responsable pero no culpable”
En segundo lugar declaró Pedro Modesto Linares, quien relató sobre su labor como celador del penal, desde su ingreso el 1 de octubre de 1973, cuando tenía veintitrés años. Describió entre sus funciones, la distribución de alimentos y la realización de recuentos bajo la supervisión de un superior.
Su relato abordó los episodios ocurridos el 24 de marzo de 1976, al producirse el golpe cívico militar, donde su llegada al Penal demoró media hora más de la habitual por los retenes realizados por las fuerzas militares en la vía pública.
“Al llegar al Penal nos pasaron al patio de la guardia externa donde quedamos como detenidos porque no podíamos quedar al interior”, recordó Linares. Tras este hecho, le fue asignado al ala intermedia del pabellón Nº11 destinado a presos políticos, subordinado a los exoficiales Agustín Barrios y César Díaz (fallecido el viernes pasado). Luego fue asignado al pabellón Nº14 cuyo superior era el exagente Miguel Ángel Vera, donde “los internos estaban con las celdas abiertas hasta que empezó a cambiar el modo de detención”.
Linares aseguró que en ejercicio de sus funciones “le comunicaba al superior las necesidades de los detenidos” y que comentarios entre los detenidos supo de los golpes y torturas padecidos por los presos políticos. “Pero qué iba a ser uno? Sólo se le informaba al superior y él decidía qué hacer con las personas”, insitió Linares y agregó: “Yo no niego lo que hayan dicho pero yo no lo ví y no trasladé a nadie para que lo torturaran ni para que lo llevaran a enfermería”.
En su testimonio aseguró que “las requisas las hacia el personal interno del penal, con el objetivo de encontrar droga, chuza o juegos de azar” y que “dentro del penal no se usaban armas”.
Seguidamente declaró Julio Héctor Lapaz, exagente de la policía de Mendoza que abrió su testimonio al decir: “Llevo cuatro años y 9 meses procesado por una mentira”.
Lapaz ingresó a las fuerzas policiales en el año 1965, y luego de dos años se incorporó a la Comisaria Segunda. En el ‘68 se incorporó al departamento de Investigaciones y fue custodio durante la gobernación de Bordón y Gabrielli, entre otros. E n 1976 dependió del departamento de informaciones (D2).
“Mi función era estar en la calle recuperando los fugados de la cárcel y de robos importantes” y aseguró: “Mi carrera policial ha sido intachable porque no cualquier persona va de custodia de un gobernador”.
En su declaración, desdijo los hechos denunciados por la testigo Rosa Gómez, cuya detención ilegal integra las causas actualmente investigadas y en cuanto a sus funciones en el D2, insitió: “Nunca ingresé a los calabozos. Mi función era estar en la calle”.
Finalmente declaró el exoficial de la policía de Mendoza, Armando Hipólito Guevara.
Para el año 76, Guevara se encontraba a cargo de la comisaría 13 de Rivadavia y su procesamiento se vincula a la detención ilegal sufrida por Mario Roberto Díaz.
El imputado relató al Tribunal los hechos que antecedieron al traslado de Díaz al D2. En este sentido, expresó que recibió una orden de allanamiento contra Díaz, quien “sin resistencia acató la orden” por lo cual fue trasladado a pie a la comisaría. El imputado recordó que este traslado fue en compañía del padre de Díaz.
“Al llegar me entero que debo deponerlo a disposición de la policía de Mendoza. Lo alojamos en un calabozo y posteriormente fue trasladado a la capital en un vehículo policial. Todo esto en presencia del padre del detenido”, recordó Guevara y aseguró que “Una vez que subió al vehículo policial, no supe más del Sr. Díaz, nunca más lo vi”.
Por otra parte se remitió al libro de novedades del año 76 para negar las declaraciones ofrecidas por el testimonio de Belardinelli y dijo “A ese señor no lo conozco. Tampoco a Bustos y Riveros. Nunca estuvieron en la comisaría por ninguna causa”.
Sobre la figura de asociación ilícita expresó: “Nunca realicé un allanamiento con fuerzas militares o que integraran otras fuerzas”. El imputado negó “tener contacto o intercambiar información vinculada a la subversión” y afirmó que su vinculación con Juan Agustín Oyarzábal era “únicamente laboral”.
La ampliación de las declaratorias por parte de los imputados continúa el próximo lunes 21de septiembre. Para entonces se prevé la declaración de los exmagistrados.