Mendoza recibió a la maestra palestina Hanan Al Hroub
Reconocida como la mejor docente del mundo de 2016, docentes mendocinos tuvieron la posibilidad de compartir su experiencia educativa. La provincia le otorgó el reconocimiento “Maestro Domingo Faustino Sarmiento”.
El director general de Escuelas, Jaime Correas, entregó este lunes, en el salón de OSDE, ubicado en Ciudad, del reconocimiento provincial “Maestro Domingo Faustino Sarmiento” a la maestra palestina Hanan Al Hroub, quien visita Mendoza invitada por Varkey Foundation.
Hanan Al Hroub es una maestra palestina que recibió el Global Teacher Prize en 2016, que consiste en reconocer a los mejores docentes del mundo. Durante esta semana, visitó Tucumán, Mendoza y Buenos Aires, para realizar disertaciones y participar en la Feria del Libro 2019.
En nuestra provincia mantuvo una jornada donde contó su experiencia educativa frente a docentes y directores de diferentes escuelas mendocinas, quienes pudieron dialogar con ella y reflexionar sobre diferentes maneras de enseñar y aplicar diferentes métodos pedagógicos.
Durante la disertación, el director general de Escuelas, Jaime Correas, entregó el reconocimiento a la docente palestina y dijo es importante para la provincia recibir a una docente reconocida como una de las mejores del mundo. “Hanah es un símbolo de todos los docentes que realizan cotidianamente su trabajo. Es una gran posibilidad para los docentes mendocinos haber tenido contacto con ellos y contar con su experiencia”.
Acompañaron al director general de Escuelas la directora de nivel Inicial, Adriana Rubio; el director de nivel Primario, Sergi Márquez, y la directora de Planeamiento y Evaluación de la Calidad Educativa, María Julia Amadeo.
El reconocimiento provincial “Maestro Domingo Faustino Sarmiento” es una distinción que fue establecida por la DGE en 2017 para poner en valor el trabajo que realizan personalidades destacadas del ámbito educativo.
Hanan Al Hroub
Hanan, cuyo anuncio fue realizado en un video por el papa Francisco, creció en un campo de refugiados y años más tarde padeció la violencia armada junto a su familia. Una tarde, tras salir de la escuela, sus hijos presenciaron la escena donde unos soldados le dispararon a su padre.
Desde ese día, el temor se apoderó de su familia. Sin embargo, Hanan comenzó lentamente a crear juegos para devolverles la confianza perdida a sus niños. Después de conseguir fortalecer su confianza, decidió ayudar a otros niños que hubieran pasado por experiencias similares y se formó para trabajar en educación primaria de escuelas públicas.
De esa manera forjó una pedagogía para decirle “no a la violencia” y desarrolló un enfoque centrado en el juego y el aprendizaje. Mediante ellos, genera relaciones de confianza, respetuosas, honestas y afectivas.