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Nadal participó en la fiesta de fin de año del Instituto Terapéutico Naranjito


La titular de la cartera sanitaria recibió un reconocimiento, en nombre del Gobierno de Mendoza, en agradecimiento y homenaje por el trabajo con el sector durante la pandemia.

La ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza, Ana Nadal, asistió este jueves al cierre anual del Instituto Terapéutico Naranjito. Estuvo acompañada por la titular del Programa Provincial de Inmunizaciones, Iris Aguilar.

Nadal resaltó que han sido tiempos muy duros, y ha sido un cambio muy importante para ellos, y lograron adaptarse y cumplir los protocolos. “Si bien aún no termina la pandemia, podemos decir que hemos pasado etapas duras y complicadas coordinados y trabajando muy bien”, señaló.

El director del Instituto, Gustavo Kretschmar, detalló: “Después de 20 meses de pandemia, llegar a esta instancia trabajando con presencialidad total es gracias a las articulaciones políticas públicas y privadas. Hoy realizamos un homenaje al Gobierno de la provincia por haber determinado que las personas con discapacidad y quienes trabajamos con personas con discapacidad seamos prioritarios para recibir la vacuna contra el coronavirus. Esto es un hito a nivel nacional. Somos la primera provincia del país que empezó a vacunar de forma temprana a estos grupos, y eso nos permitió trabajar hoy con presencialidad”. 

La entrega de los reconocimientos la realizó el presidente de la Asociación de Institutos Educativos Privados Especiales Argentinos (Aiepesa), Carlos Muñoz.

Instituto Terapéutico Naranjito

Es una comunidad terapéutica donde se brinda atención integral a personas con distintos tipos de discapacidad y patologías asociadas, a través de dos modalidades de servicio: CET y Centro de Día. Los programas son llevados a cabo por equipos multidisciplinarios, que trabajan de forma interdisciplinaria y promueven la transdisciplina en todo su accionar.

Las personas que trabajan en Naranjito asumen un estilo de vida saludable, basado en el compromiso y en la ética profesional, cuya estructura organizativa es el trabajo comunitario, donde todos desempeñan roles complementarios.     

La estrategia institucional se basa fundamentalmente en rescatar y potenciar las interacciones de todos los miembros de la comunidad, favoreciendo los vínculos entre todos los que participan en el desarrollo, poniendo en práctica la comunicación asertiva, basada en los afectos y en el compromiso mutuo. Por ello, el quehacer profesional está dado sobre la convergencia de las diferentes formaciones y aprendizajes personales, y estos están al servicio de los niños, jóvenes y adultos con discapacidad y sus familias.