¿Sabías que parte del gas y el petróleo que utilizas en la actualidad provienen de la estimulación hidráulica?
Tras el paulatino agotamiento de los recursos hidrocarburíficos convencionales, ya que este tipo de recurso no es renovable, apareció la posibilidad de explotar los recursos de reservorios “no convencionales”. Para ello se utiliza, desde hace 70 años en el país y 60 en la provincia, la estimulación hidráulica.
El acceso a la energía es un tema clave en cualquier país del mundo. Sin energía no sería posible una sociedad como la conocemos. Años atrás Argentina tenía la capacidad de exportar petróleo y gas. Pero las cosas fueron cambiando tras el paulatino agotamiento de los recursos hidrocarburíficos convencionales ya que este tipo de recurso no es renovable.
Por ello en los últimos tiempos apareció la posibilidad de explotar los recursos de reservorios “no convencionales” con los que cuenta el país en gran cantidad. Para poder extraerlos se utiliza una técnica llamada estimulación hidráulica, usada desde hace 70 años en el país y 60 en la provincia, en yacimientos convencionales.
Actualmente el 20% del petróleo y gas provienen de reservorios no convencionales y esta proporción irá aumentando.
¿De dónde vienen los hidrocarburos?
Los hidrocarburos se forman a partir de restos de seres vivos. A medida que los organismos mueren se acumulan en el lecho de estuarios, mares y lagos, una capa sobre otra, en un proceso de miles de millones de años. Estos restos orgánicos quedan sometidos a condiciones de extrema presión y temperatura que dan origen a cambios en la materia orgánica que los llevan a transformarse en compuestos líquidos (petróleo) y gaseosos (gas).
Este compuesto orgánico y mineral termina transformándose en una roca sólida conocida como roca generadora.
La roca generadora
Una de las características de la roca generadora es su baja porosidad y escasa permeabilidad. Es decir que dentro de ella el gas y el petróleo se encuentran encerrados en millones de poros microscópicos. Para extraer los hidrocarburos de esta roca a la que se conoce como reservorios no convencionales se utiliza la estimulación hidráulica que se practica desde hace 70 años en el país y 60 en la provincia.
Los movimientos de la corteza terrestre han ido rompiendo la roca generando innumerables fisuras que han permitido que parte de los hidrocarburos se pudieran escapar generando reservorios convencionales de hidrocarburos. Para extraerlos se utilizan técnicas convencionales desde hace un siglo en el país.
Los hidrocarburos se explotan desde hace un siglo en el país
Los hidrocarburos de reservorios “no convencionales” son los mismos que se vienen explotando desde hace un siglo en el país, a partir de los llamados yacimientos “convencionales”. Lo que cambia es que se extraen de la roca donde se generan y por ende las técnicas de extracción.
¿Cómo se extrae el gas y el petróleo de un reservorio convencional?
Se realiza una perforación utilizando bombas para pozos que seguramente todos hemos visto alguna vez a la vera de una ruta. Mucha gente las llama cigüeñas por su movimiento.
Cómo se menciona en el párrafo anterior la técnica se utiliza desde hace un siglo en el país. La acumulación de gas y petróleo atrapada dentro de minúsculos poros bajo tierra forma un depósito de hidrocarburos o lo que conocemos como yacimiento.
¿Cómo se extrae el gas y el petróleo de un reservorio no convencional?
Se utiliza una técnica desarrollada hace unos 70 años conocida como estimulación hidráulica. Con esta técnica se logra que la roca generadora libere su carga de gas y petróleo. Desarrollada en los años 40 se utiliza para mejorar la permeabilidad de los reservorios convencionales. Se aplica en la Argentina desde fines de los años 50 al punto que la mayor parte del gas que abastece nuestros hogares y del petróleo proviene de pozos que han recibido tratamiento de estimulación hidráulica.
El método utilizado es la estimulación hidráulica, que consiste en inyectar a presión agua y otras sustancias para que, primero, se abran las fracturas existentes y se generen nuevas y, luego, que esas sustancias llenen las fracturas impidiendo que las mismas se cierren.