Salud y Fundavita adhieren al Día Mundial de la Concientización contra el Cáncer de Cuello Uterino


En Mendoza, alrededor de 250 mujeres contraen la enfermedad y de 50 a 60 mueren por esta patología, cuando es altamente prevenible. El ministerio y la ONG trabajarán juntos en una campaña de concientización.

El Ministerio de Salud y Deportes ─desde el Programa de Detección Precoz del Cáncer de Cuello Uterino y Mama, en el marco del Día Mundial de la Concientización contra el Cáncer de Cuello Uterino, que se celebra el 26 de marzo─ busca concientizar en la prevención de esta enfermedad promoviendo que las mujeres se realicen los controles anuales establecidos.

Así también recordó que Mendoza cuenta, en centros de salud y hospitales públicos, con el test de detección del virus del papiloma humano (VPH), que se puede realizar a partir de los 30 y hasta los 65 años. En esta oportunidad, además, va a estar brindándoles información y asesoramiento a las mujeres que asistan a los efectores sanitarios públicos de la Provincia.

El programa, asimismo, trabajará junto con Fundavita en una campaña de concientización y en otra en redes sociales donde invitarán a todas las mujeres de Mendoza a acercarse a hospitales y centros de salud para asesorarse y realizarse el test.

Cáncer de cuello uterino

El cáncer de cuello uterino es provocado por el VPH. Se calcula que del 70% al 80% de la población está afectada por este virus. En la mayoría de los casos se cura espontáneamente; pero, si persiste, los cambios celulares que produce pueden evolucionar al cáncer.

En Argentina, anualmente se enferman alrededor de 5.000 mujeres y mueren aproximadamente 2.200 de ellas por cáncer de cuello uterino. En Mendoza, alrededor de 250 contraen la enfermedad y de 50 a  60 mujeres mueren por esta patología, cuando es una enfermedad altamente prevenible.

Desde el momento de su contagio, el virus puede producir lesiones precancerosas (precursoras), las cuales demoran aproximadamente diez años hasta que evolucionan al cáncer. En ese período, mediante la citología (rueba de papanicolaou), la colposcopía o la detección viral se pueden detectar lesiones producidas por el virus, asintomáticas, antes de la aparición del cáncer. A esto se le llama screening (tamizaje). Una vez diagnosticada la lesión precursora, mediante un tratamiento sencillo se logra la eliminación de la enfermedad.

Toda mujer ─indistintamente de su raza o condición social─ puede ser afectada por el virus, pero el cáncer se desarrolla mayormente en aquellas pacientes que no se realizaron las pruebas de tamizaje.

La prevención primaria comienza con la vacunación de las niñas de 9 a 14 años, antes de que inicien su vida sexual. Otras intervenciones preventivas, destinadas a chicos y chicas, según proceda, son educar en materia de prácticas sexuales seguras y retrasar el inicio de la actividad sexual, promover el uso de preservativos y suministrárselos a quienes ya hayan iniciado su vida sexual, y advertir contra el consumo de tabaco, que a menudo comienza en la adolescencia y es un factor de riesgo importante de cáncer de cuello y de otros tipos de cáncer.

Las mujeres deben saber que en la salud tanto pública como privada es su derecho y deber realizarse las pruebas de tamizaje, sin necesidad de orden médica previa, siempre y cuando estén comprendidas en el rango de edad (entre los 25 y los 65 años).

Desde los 25 a los 29 años se realiza la prueba de citología (papanicolaou). A partir de los 30 y hasta los 65 años disponemos en Mendoza, en centros de salud y hospitales públicos, del test de detección del virus del papiloma humano (VPH). Esta prueba tiene la ventaja de ser más sensible para detectar lesiones precancerosas, puede ser aplicada en forma autónoma (por la misma mujer, en el centro de salud o en su domicilio) y, si da negativa, el control se hace recién a los cinco años, con la practicidad que esto implica tanto para la paciente como para el sistema de salud.

Es deber de las autoridades de salud bregar para la concientización en la prevención de esta enfermedad, pero también de la comunidad médica, de los medios de comunicación, de las obras sociales, organizaciones no gubernamentales, las familias y la población en general.

El cáncer de cuello de útero podría ser erradicado como un problema de salud y disminuir sensiblemente su incidencia en poco tiempo, si tomamos conciencia de la importancia de la prevención y aplicamos los recursos disponibles.

Actualmente, la Organización Mundial de la Sald (OMS) considera al cáncer de cuello uterino como una enfermedad de la pobreza, porque afecta predominantemente a aquellas mujeres que no tienen un fácil acceso a los sistemas de salud por falta de transporte, desconocimiento o escasez de conciencia en su prevención.

La mujer afectada por esta enfermedad generalmente es madre de muchos hijos y sostén de familia, por lo cual su muerte deja a ese grupo en riesgo de vulnerabilidad social, lo que a su vez retroalimenta la pobreza.