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Turismo low cost y natural en el Sur de Mendoza


El ecoturismo permite conocer destinos de gran belleza que preservan los recursos del planeta. En esta segunda entrega sobre áreas naturales protegidas de Mendoza, Castillos de Pincheira, Caverna de Las Brujas y La Payunia.

Recorrer junto a la familia y amigos, disfrutar del aire más puro, descubrir las bellezas de nuestra geografía es una de las propuestas para este verano. Son 19 las áreas naturales protegidas (ANP) de Mendoza y 7 están en los departamentos San Rafael y Malargüe.

Todas las áreas protegidas preservan un recurso natural específico que merece ser cuidado y, precisamente, los educadores sostienen que para cuidar hay que conocer. Aquí comienza el recorrido por tres ANP del Sur de Mendoza: Caverna de las Brujas, Castillos de Pincheira y La Payunia.

Reserva Natural Caverna de las Brujas: la aventura suave

Ubicada a 8 km de la ruta 40 en la localidad de Bardas Blancas y a 65 km al Sur de la ciudad de Malargüe, fue creada en 1990. Su superficie es de 450 ha, está a 1.840 m s.n.m. y pertenece a la ecorregión patagónica Altoandina.

Caverna de Brujas es un particular ambiente subterráneo formado por  antiguas rocas de origen marino. Albergan una enorme cavidad, tapizada con extrañas formas minerales: estalactitas, estalagmitas, columnas y coladas que conforman un escenario original con más de 3.000 metros de galerías con rocas calcáreas (calizas) del período jurásico.

Constituye una de las principales ofertas turísticas del Sur mendocino y recibe anualmente a más de 10.000 visitantes. Es posible practicar en ella un turismo de tipo aventura suave y suelen encontrarse sectores o niveles con abundantes amonites, moluscos que dominaron los ambientes marinos durante el Jurásico y Cretácico.

Se sabe que viven allí murciélagos, arañas, colémbolos (pequeños insectos primitivos que viven en la materia orgánica del suelo) y ratones de campo que utilizan sus galerías como refugio.

Las visitas están habilitadas durante todo el año, dependiendo del estado del camino de acceso y de las condiciones climáticas. El ticket de ingreso puede obtenerse aquí.

Trekking y fotografía son las actividades sugeridas.

En cuanto a las condiciones de accesibilidad, la geografía limita la circulación, sobre todo de las personas con discapacidad motriz. No obstante, una rampa facilita el acceso al centro de atención al visitante. Además, hay experiencias positivas en el recorrido por la caverna de personas con otro tipo de discapacidades, como visual o auditiva.  

Roca caliza en posición vertical

Durante el levantamiento de la cordillera en el período Terciario, toda la región se vio modificada, quedando la roca caliza en posición casi vertical y sumamente fisurada. A finales del último período glacial, se habría producido una gran infiltración de agua favorecida por la alta cantidad de nieve y de hielo existente.

Los estudios arqueológicos realizados hasta el momento indicarían que la caverna habría sido utilizada por los pueblo originarios para rituales o refugio temporario.

Leyendas sobre la caverna

Una leyenda cuenta que los pueblo originarios solían usar la primera sala (de la Virgen). Allí, los machis (médicos brujos) de cada tribu realizaban sus ceremonias rituales, encendían grandes fuegos y se sentaban a su alrededor y, cuando bailaban, haciendo grandes círculos en el fuego, sus sombras en las paredes se veían fantasmagóricas. Cuentan también que ingresaban mujeres con niños en brazos, y luego se escuchaban lamentos, llantos, extraños ruidos y se veían luces destellantes (“luz mala”), sin poder identificar su causa y origen. Todo este misterio hizo que los antiguos pobladores la denominaran Caverna de las Brujas.

Hay otra leyenda que hace referencia a dos cautivas de piel blanca que, luego de escapar, se refugiaron en la primera sala de la caverna. Cuando sanan sus heridas, las cautivas buscan refugio en algún lugar más seguro. En ese lugar se refugiaban grandes lechuzos que al salir volando por la puerta de ingreso hacían suponer que las mujeres brujas definitivamente se habían transformado en aves.

Castillos de Pincheira: un paisaje protegido

Es un lugar de esparcimiento y acampe, trekking y cabalgatas. Cuenta con camping operado por una empresa privada y servicio de restaurante.

Situada en la ecorregión patagónica, a 30 km de la ciudad de Malargüe, la temporada está abierta todo el año y se caracteriza por formaciones naturales producidas por sedimentación de antiguas erupciones volcánicas, y la erosión del agua y del viento.

Creada en 1999, preserva o protege el paisaje. Tiene una superficie de 650 hectáreas y una altitud de 2.100 m s.n.m. Hay transporte público desde la Ciudad de Malargüe.

Es recomendable contratar una excursión desde Malargüe. Las personas interesadas pueden contactar a la Dirección de Turismo de Malargüe al 0260 4471659 o escribir a infoturismo@malargue.gov.ar.

La Payunia: postulada como Patrimonio de la Humanidad

Es una de las áreas naturales protegidas más impactantes del sur provincial. El Gobierno de Mendoza presentó, a finales de 2023, el documento Evaluación Preliminar a la Comisión Nacional Argentina ante Unesco y se envió el documento final traducido, para que, tras su elevación por parte del organismo internacional, sea declarada Patrimonio de la Humanidad.

Se encuentra en el departamento Malargüe, más precisamente en los distritos Río Grande, Agua Escondida y Río Barrancas, a 90 km. de la ciudad de Malargüe y cerca de 570 km de la Ciudad de Mendoza.

Tiene una superficie de 665.682 ha, una altitud que va de los 1.700 a 3.780 m, en el Volcán Payún Matrú, el de mayor altitud. Pertenece a la Ecorregión Patagónica.

Principales valores de conservación

Con más de 800 volcanes, constituye uno de las parques volcánicos de mayor densidad y diversidad del planeta. Por esta razón y por su belleza paisajística, gran parte de la reserva integra un sitio propuesto como candidato a Patrimonio Mundial Natural ante la Unesco. Posee extensos escenarios cubiertos de coloridos materiales volcánicos, en los cuales habita un santuario de fauna y flora. Es frecuente que el visitante pueda apreciar tropillas de guanacos, una de las mayores poblaciones del Centro-Oeste argentino.

Payunia comprende un amplio territorio de planicies y laderas totalmente cubiertas de materiales negros y rojizos que son la expresión de variadas manifestaciones volcánicas. La configuración del paisaje incluye alrededor de 800 conos volcánicos de retroarco, con extensos campos de roca fundida –lava- y materiales fragmentados –cenizas, lapillis y bombas- que deslumbran al visitante y ponen de relieve el poder, la dinámica y variabilidad de la geología terrestre. La actividad volcánica que dio forma al paisaje actual se produjo a finales del período terciario -considerado un tiempo geológico reciente- y continuó, aunque alternadamente, hasta épocas prehistóricas. Es uno de los sitios de mayor densidad volcánica del mundo, con un promedio de 10,6 volcanes cada 100 km². Su diversidad biológica la convierte en una de las regiones representantes de la estepa patagónica y además posee yacimientos arqueológicos que suman atractivo, tanto de interés turístico como científico y educativo.

Objetivo de Creación

Proteger y conservar para beneficio y goce de las generaciones presentes y futuras: las especies de la flora y fauna, su hábitat, los corredores biológicos, el paisaje y los materiales geológicos, arqueológicos y paleontológicos. Promover y mantener la investigación científica de un distrito volcánico muy joven que no ha sido erosionado, cuyas formaciones y emanaciones volcánicas están casi intactas. Y también estimular el conocimiento acabado de los otros recursos naturales comprendidos en esta área natural protegida.

Descripción del lugar

Los volcanes que se encuentran en la reserva son los principales responsables del color y las formas de este imponente paisaje. El Payún Matrú, de 3.750 m, es el más importante de la región; presenta una caldera volcánica de 9 km de diámetro, producto de una fuerte explosión y su posterior colapso y es precisamente este hundimiento el que dio lugar a una laguna semipermanente, alimentada por precipitaciones níveas. También es poseedor de recursos hídricos. El otro volcán destacado es el Payún Liso, de 3.780 m, que contiene en su cráter un planchón de hielo en invierno y una lagunita en primavera. El Santa María -mucho más pequeño que los anteriores- se destaca por haber emitido una de las mayores coladas del área que alcanza 17 km de longitud. Las coladas –mantos de lava fluida lanzada durante las erupciones- que se extienden a lo largo de varios kilómetros dan a la superficie un extraño aspecto. El área denominada “Pampas Negras”, al sudoeste del volcán Santa María, se caracteriza por la presencia de cráteres. Recubre toda la superficie del lugar un inmenso manto de material eyectado por el volcán –lava fragmentada o material piroclástico-, de pequeño tamaño y color muy oscuro, denominado lapillis. El “Campo de bombas” es una zona colmada de formaciones circulares de material piroclástico denominadas “bombas volcánicas”. O sea, burbujas de roca fundida eyectadas por el volcán que, al enfriarse, adquieren mayormente forma de bola o gota.

Flora

De sus muchas especies vegetales, La Payunia presenta algunas que son más abundantes como el solupe negro, la leña amarilla, tres especies de jarilla, la pichanilla y la melosa que conforman una gran parte de la población arbustiva. Los pastizales están representados por el tupe y la flechilla e, intercaladamente entre estos, aparecen manchones de junquillo. También numerosas cactáceas habitan este ambiente árido. Antiguamente, los pobladores del lugar utilizaban la raíz de la leña amarilla para encender fogatas y plantas como la pichana de flores amarillas, para preparar tinturas, entre otros muchos usos comestibles y medicinales de la flora nativa.

Fauna

El ambiente desértico rebosa de vida que se adapta a un riguroso clima y supera los obstáculos que éste le impone. Un representativo protagonista de estas adaptaciones es el guanaco, cuya población ronda los 14.000 individuos, una de las más grandes de Argentina. Este gran herbívoro es capaz de sobrevivir un prolongado tiempo sin consumir agua, característica que le permite recorrer grandes extensiones de terreno. Las tropillas se desplazan al mando del “relincho” -el macho más fuerte y experimentado-, quien las guía a zonas de mayor forraje y conoce caminos alternativos de escape en caso de una tormenta repentina o la aparición del puma, quien, luego del hombre, es su principal depredador. Otros mamíferos como el zorro gris, el zorro colorado, el gato del pajonal, la liebre mara y el piche patagónico se alimentan, reproducen, refugian y renuevan constantemente su ciclo de la vida en esta área natural protegida. También habitan la región aves como el chorlo cabezón, la monjita castaña, el yal carbonero y la calandria mora. Junto a estas últimas puede mencionarse un ave que no vuela ni canta, pero asombra por su gran tamaño, el ñandú o como se denomina localmente, el “choique”. El sol abrasador ilumina el oscuro paisaje y es aprovechado por innumerables reptiles y que necesitan de él para calentarse, entre ellos se encuentran el matuasto de las flechas, el geko austral y varios endemismos -especies exclusivas de una o unas pocas regiones-como el lagarto cola de piche y la lagartija escorial o de la payunia.