Un obeso mórbido recibió asistencia del Estado al contactarse por las redes sociales


Sergio Fabián Brill tiene 50 años y padece de obesidad, una enfermedad que arrastra desde hace mucho tiempo. Llegó a pesar 289 kilos. Hoy recibe atención por otros problemas de salud derivados de su exceso de peso. Destacó la ayuda de Defensoría del Paciente.

¿Desde cuándo padece esta enfermedad?

Desde que nací. Siempre fui gordo, pero ahora he llegado a un punto límite en el que no puedo hacer nada. Cuando me mudé a San Martín estaba con un peso de 170 kilos y en los últimos 14 años aumenté 100 kilos, llegué a pesar 289.

¿Cuáles son los principales problemas de una persona obesa?

Son muchos y básicos. Las incomodidades que uno tiene para entrar al baño tanto en una estación de servicio o en un comercio. Es incómodo inclusive hasta en mi casa, por la misma gordura que tengo. De ahí en más, para una persona como yo no hay camillas, no hay una silla cómoda para esperar, no hay una silla de ruedas como para llegar a hacerse atender.

¿Y de una persona obesa con otra enfermedad?

Hace unos meses me operé de una pierna. Me sacaron un lipoma de casi 12 kilos, en el cual encontraron un liposarcoma. Ahora, aparte de la obesidad estoy hace un mes con quimioterapia, por lo que estoy haciendo dos tratamientos, el de quimioterapia y el de la gordura.

Lamentablemente, no hay un lugar físico para nosotros en los hospitales. Gracias al Gobierno, que me hizo una cama especial y pude llevarla, me estoy haciendo el tratamiento que dura aproximadamente una hora cuarenta. Las camas realizadas fueron tres, dos de las cuales están en mi casa y la tercera en el Hospital donde me realizan la quimioterapia. Las construyeron los internos de la penitenciaría, gracias a las gestiones del director, Sebastián Sarmiento.

¿Qué pasa con las tomografías?

En la Provincia no hay tomógrafo para el peso mío. Por eso, estoy adelgazando. Casi he bajado 60 kilos. Necesito entrar en un tomógrafo para hacerme el estudio y saber qué es lo que tengo y dónde lo tengo. La quimioterapia es sólo algo preventivo.

¿Usted puede trabajar en sus actuales condiciones?

Estaba trabajando como fletero, porque si bien no podía moverme, manejar sí lo podía hacer. Pero desde hace 7 u 8 meses tuve que dejarlo a pedido de los médicos.

¿Cuáles son las expectativas que tiene después de la operación que le han realizado? ¿Cómo es su estado de ánimo?

Actualmente me siento mucho mejor. Ahora puedo caminar un poco más, y es más cómodo entrar al baño de mi casa, acostarme y poder dormir, ya que antes no podía porque cada 15 minutos tenía que darme vuelta en la cama, por la incomodidad del peso.

Me operaron en Tunuyán en el Hospital Scaravelli donde recibí una atención excelente desde la persona que me abrió la puerta hasta el camillero, las enfermeras y los médicos.

Un gordo tiene más necesidades que otra persona, es incómodo bajarse de una camilla o subirse a una cama con el peso mío, por supuesto, para una persona normal es algo más sencillo pero para una persona con mi peso, no.

En el Hospital hicieron todo lo posible para ayudarme. Cuando entré a la sala de operaciones, en la camilla entraba muy justo pero buscaron la posibilidad de ubicarme lo mejor posible para que los médicos trabajaran cómodamente.

¿Qué es lo que más extraña hacer de cuando tenía un peso menor?

Extraño salir a disfrutar con mi familia y trabajar bien para poder mantenerlos. Lo demás es secundario. Yo me he privado de salir a fiestas, a tal punto que no fui a la fiesta de egresados de mi hijo porque no podía estar mucho tiempo sentado en una silla y no quería molestar a los demás. Ahora que he bajado varios kilos y ya no tengo el lipoma, puedo estar un tiempo más sentado.

¿Qué ayuda está necesitando para poder terminar de recuperarse?

A mí nunca me ha gustado pedir pero necesito una ayuda económica para poder mantener a mi familia hasta que salga de este problema.

Me han dicho que como mínimo no voy a poder manejar por un año. Mi hijo trabaja pero no puede hacerlo la cantidad de horas trabajaba yo. Él estaba terminando sus estudios y tuvo que abandonar para poder colaborar con nosotros. Además la única entrada que tenemos es la camioneta y se está rompiendo y no la puedo arreglar. Esa es mi realidad.

¿Recibió algún tipo de apoyo?

Sí. Quiero agradecer al Gobierno por la ayuda que me están dando y, porque por intermedio de ellos, la obra social empezó a moverse. Cuando pregunté si iban a cubrir el tratamiento del liposarcoma me pidieron que renunciara, situación que pueden esquivar, la esquivan. Luego de la operación pretendían que hiciera las curaciones en Tunuyán y dejaron de enviarnos el enfermero.

Nos sirvió mucho trabajar con el doctor Horacio Cuervo, de la Defensoría del Paciente (dependiente del Ministerio de Salud). Él nos dio y nos sigue dando su ayuda.

¿Se va a hacer un bypass gástrico?

Primero tenemos que terminar con la quimioterapia, de ahí vamos a ir viendo. Es una evaluación que tienen que hacer los médicos. Me dijeron que bajando cincuenta kilos me operaban, pero apareció el tumor. Hoy la prioridad es seguir la quimioterapia y curarme de esto, porque sé que me voy a curar.

¿Qué aconsejaría a personas que pasan por una situación similar a la suya?

El consejo que les daría es que vayan a la Defensoría del Paciente. Hay muchos lugares en los que te ayudan y no lo sabemos.

Mi hermana Ema le mandó una carta a Pérez y a los ocho minutos ya tenía respuesta. A partir de allí fue cuestión de ponerse a disposición para lo que necesitáramos. Más allá de las camas que nos facilitaron fue la actitud, el cómo nos han tratado. Es que en 10 años nadie ha hecho nada por nosotros, es la primera vez que nos hacen caso.

La cama la conseguimos telefónicamente. La rapidez que tuvieron y la actitud fue algo impresionante.

Posiblemente el lipoma no lo hubiera tenido si me hubieran operado del bypass gástrico hace 4 años, pero la obra social no me lo permitió. A través de abogados hice las gestiones para reclamar la cobertura y me aseguraron que lo iban a conseguir. Fui a una clínica privada y comencé con todo el tratamiento. Los abogados intentaron que la obra social me cubriera los gastos. A los meses nos informaron que no iban a poder cubrirla.

Me operé en el Sacaravelli donde me atendieron muy bien y lo agradecí a través de una nota. Si la obra social está cumpliendo, es por las gestiones que hace la Defensoría del Paciente, a quienes estoy muy agradecido.

¿Qué le pediría a la sociedad para una persona con su problema?

Les pediría infraestructura para los hospitales, para los baños de las estaciones de servicio, de los restaurantes y poder entrar en una silla. No te digo un lugar público de diversión como un cine.

Pido tener la posibilidad de llegar a un centro de salud y que nos atiendan como personas, porque en algunos lados te atienden como animales, aunque suene duro, es así. Me han atendido en lugares en donde no me han dado ni una silla y me han visto que estoy parado transpirado y nadie se preocupaba por ello.