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La importancia del Proyecto Carayá del Ecoparque


Esta semana se celebró el Día Internacional del Mono y por esa razón, el director del Ecoparque, Ignacio Haudet, brindó detalles de la iniciativa que desarrollan en conjunto el Gobierno provincial, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Juan Agustín Maza, entidades de salud pública de Mendoza y el Conicet. El proyecto está enmarcado en las acciones que desarrolla Ecoparque Mendoza para garantizar el bienestar animal.

Desde 2003, el 14 de diciembre se celebra el Día Mundial del Mono, una fecha de la que se desconoce a ciencia cierta el origen, pero al parecer parte de su popularidad se debe a los estudiantes de la Universidad de Michigan, quienes tomaron la fecha y la convirtieron en todo un evento artístico con exposiciones de esculturas, pinturas y hasta fiestas temáticas en honor a todos los seres simiescos, no solo los monos.

En la actualidad existen cerca de 260 especies de monos dispersas por todo el planeta. De este total, 25 se encuentran en grave peligro de extinción. Entre los tipos de monos que están en alerta de desaparición se cuenta al lémur negro de ojos azules, el gorila oriental de planicie o llanura, el mono de Dollman, el mono araña, el gálago de Rondo y el mono capuchino.

Las principales causas del peligro de extinción de varias especies de mono son los cazadores furtivos del mercado negro, que pueden comercializar estos animales por una cantidad de dinero equivalente al precio de 10 fusiles AK-47 y, en algunos casos, hasta obtener las armas a cambio del primate. Por esta razón, varias organizaciones ambientales utilizan este día como plataforma para propagar un mensaje que abogue por el cuidado, respeto y un mejor estilo de vida para los monos de todo el mundo.

En el Ecoparque de Mendoza contamos con la presencia de especies exóticas de primates que fueron recibidos por lo que fue el zoológico provincial. Desde los inicios de la Dirección de Ecoparque, se vienen desarrollando planes para brindarles mejor calidad de vida. Estos planes incluyeron, por ejemplo, la derivación de la chimpancé Cecilia al Santuario de Sorocoba en 2017 y la construcción en la actualidad de un nuevo recinto para monos papiones.

Además de las especies exóticas de primates mencionadas, habitan el Ecoparque dos especies que pertenecen a la fauna argentina: los monos carayá (Alouatta caraya) y los monos caí (Sapajus cay). Estas especies se encuentran amenazadas por la fragmentación, degradación y destrucción de sus hábitats, el cambio climático, el comercio ilegal y el resurgimiento de la fiebre amarilla.

El director del Ecoparque, Ignacio Haudet, expresó: “Los resultados obtenidos en el Proyecto Alouatta Caraya son posibles gracias a la suma de voluntades y profesionalismo manifestado por las instituciones que intervienen en la planificación y ejecución del proyecto: Hospital José N. Lencinas, Imbecu (Conicet Mendoza), Centro Dr. Emilio Coni, Hospital Central, Laboratorios Mera y Biosalud, la Facultad de Veterinaria de la Universidad Juan A. Maza y personal del Ecoparque. Es una demostración del valor del trabajo interinstitucional que se gestiona desde la Dirección de Ecoparque Mendoza”.

Los monos carayá, también conocidos como aulladores, presentan una distribución natural que se extiende desde México hasta las provincias de Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Chaco, Formosa y el noreste de Santa Fe. Cumplen funciones clave tanto en el ambiente, por su servicio ecosistémico y su rol ecológico, y como en el ámbito de la salud humana. Cabe destacar que, entre los primates, su especie es la de mayor tráfico ilegal en la Argentina.

Gracias a un convenio de trabajo colaborativo con la Facultad de Veterinaria de la Universidad Juan A. Maza, este año se inició el Proyecto Alouatta Caraya, con la formación de un equipo a cargo de Agustina Tapia y con profesionales del ámbito provincial, personal del Ecoparque y pasantes de la facultad.

“El proyecto permite generar información que hasta su inicio no existía sobre los animales y al mismo tiempo procurar su bienestar. Se basa en dos objetivos principales: mejorar su calidad de vida por medio de la ambientación de sus recintos y conocer el estado de salud de la población de los aulladores en el predio”, explicó Haudet.

La antigua sala de necropsias fue reacondicionada como sala de procedimientos, luego de haberse diseñado un protocolo para trabajar sobre los grupos de aulladores distribuidos en diversos recintos del predio. Se les practicaron análisis de materia fecal e hisopados y se les extrajo sangre para conocer su estado sanitario mediante hemograma, bioquímica, y determinación de enfermedades infecciosas, como tuberculosis, fiebre del oeste del Nilo, paludismo, leishmaniasis, tripanosomiasiszika, chikunguña, dengue, herpes e influenza. Durante estas intervenciones se realizaron estudios radiográficos, ecográficos, intervenciones odontológicas y toma de muestras para la realización de perfiles genéticos. Además, se les hicieron marcajes y microchipeo para identificación. Las muestras fueron analizadas en laboratorios privados especializados en veterinaria y en instituciones públicas del ámbito de la salud.

Haudet destacó: “Por primera vez, gracias a los datos obtenidos, hemos podido realizar un registro sanitario individualizado, herramienta fundamental para el manejo diario de esta especie en el Ecoparque”.

Estos datos son de suma importancia tanto para el conocimiento de cada ejemplar y la mejora en su calidad de vida, como para la evaluación de su participación en programas de conservación de la especie, como se lleva a cabo en el Centro de Rescate e Interpretación de Fauna La Esmeralda, ubicado en Santa Fe. Esta es una zona de distribución natural de los carayá, con quienes se ha establecido contacto a fin de analizar la posibilidad de derivaciones de los ejemplares. Los resultados generados en este programa indican un buen estado sanitario en la mayoría de los individuos y una población con edades superiores a 10 años.

Las condiciones en cautiverio provocan graves cambios en el comportamiento de las especies (conductas agresivas, repetitivas y apatía entre otras) que conllevan a múltiples trastornos psicológicos y fisiológicos. Por esto, con la participación de los estudiantes de Veterinaria, y teniendo siempre como premisa el bienestar animal, se realizó un diagnóstico del comportamiento de los grupos de aulladores en el predio. 

Con los resultados, se diseñó y ejecutó un plan de ambientación de sus recintos a fin de estimular conductas propias de la especie. Para la elaboración y construcción de nuevas estructuras se reutilizaron y reacondicionaron recursos descartados anteriormente, continuando con la gestión de residuos que se viene llevando a cabo desde hace algunos meses en el Ecoparque. Los objetos que forman parte de la ambientación fueron diseñados de forma segura para los carayás y para que su instalación, limpieza y mantenimiento sean de fácil y práctica resolución.

“Con el fin de que estas acciones sean perdurables y mejoren su calidad de vida, se trabaja en la aplicación de un plan para la estimulación de comportamientos suprimidos por el cautiverio a través del enriquecimiento”, concluyó el funcionario.

Por otra parte, en la actualidad el equipo de trabajo está realizando capturas respetuosas de los monos caí (Sapajus cay), quienes viven en semicautividad desde 1990. El fin es tener registro, conocer su estado de salud y poder eliminar los riesgos a los que esta forma de vida los ha sometido, como electrocuciones, amputación de partes del cuerpo e intoxicaciones, entre otros. 

Es necesario recordar que los primates no son animales domésticos, que la población no debe darles alimentos que pueden poner en riesgo su salud y solicitar que se evite interactuar con ellos, ya que esta conducta puede resultar peligrosa tanto para las personas como para los animales. 

Quienes deseen brindar información sobre ejemplares de fauna silvestre heridos o denunciar casos de caza o tenencia ilegal pueden hacerlo a través del sitio de internet de la Secretaría de Ambiente o al correo electrónica drnr@mendoza.gov.ar. También, pueden comunicarse telefónicamente con la Dirección de Recursos Naturales Renovables a los teléfonos 261 4252090 y 4257065 interno 3411 (Fauna Silvestre), de 8 a 13, de lunes a viernes, o al 911 (Policía de Seguridad Rural de Mendoza).

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