Falleció Mirtha, uno de los animales más gerontes del Ecoparque
Se trataba de una de las osas pardas, de aproximadamente 27 años de edad. El animal se destacó entre otras cosas por su carisma con todo el personal del Ecoparque que la cuidaba diariamente. En el último tiempo comenzó a decaer su estado de salud, que fue supervisado con atención personalizada hasta el último minuto.
La Dirección de Ecoparque dio a conocer hoy la noticia de la defunción de la osa Mirtha, uno de los dos osos pardos más gerontes del Ecoparque. Durante los últimos días, el cuidador alertó que Mirtha manifestaba un cuadro de parálisis parcial.
Desde la dirección del paseo se venía trabajando en las modificaciones necesarias en el recinto para permitirle permanecer lo más cómodamente posible, mientras le suministraban los
medicamentos y le facilitaban el acceso a la comida para intentar su recuperación. Se instaló incluso un sistema de calefacción para mantener a Mirtha seca, dado que por su impedimento se mojaba el cuerpo al intentar tomar agua. Tenía una edad aproximada de 27 años.
La directora de Ecoparque, Mariana Caram, declaró: “Hace dos años, aproximadamente, en esta misma época, Mirtha mostró un cuadro similar al que presentó hace dos semanas, del que logró salir en aquel entonces gracias a la gran dedicación de Néstor Gómez, su cuidador desde hace muchos años. En 2017, Néstor siempre mantuvo su recinto confortable, con una cama de pasto que cambiaba a diario para mantener a Mirtha cómoda y con el hábitat limpio y seco. Mejoró además el sistema para que pudiera tomar agua más fácilmente y fue un gran aliado del cuerpo veterinario para lograr que tomara los medicamentos y realizarle los controles necesarios”.
La funcionaria también aseguró: “Así, el animal logró salir a flote muy bien. Aunque mantuvo su espíritu activo y respondió a Néstor hasta el último día, hoy decidió descansar. Tenemos la tranquilidad que tuvo todo el cuidado, cariño y acompañamiento posible en este tiempo. Se estudian aun en detalle las causas, que tienen que ver posiblemente con algunas lesiones en la columna, las que sumadas a su edad avanzada habría contribuido a este desenlace”.
La directora también detalló que, al inicio de su gestión, con la ayuda del capataz y cuidadores, se construyó especialmente una pileta en su recinto para ayudar a Mirtha a sortear mejor los calores del verano: “En verano los osos sufren bastante el calor, por lo que hicimos varias piletas, entre ellas la de Mirtha, la cual disfrutaba mucho de sus baños y luego se quedaba junto a la pileta durmiendo la siesta. Su comportamiento era muy particular, ya que solía comer las manzanas colocándolas en el dorso de su mano primero, y luego delicadamente llevaba cada bocado hacia la boca. Nos enamoramos de cómo disfrutaba sus baños y cazar las manzanas en el agua. Hasta este último verano se metió a nadar”.
Si bien el Ecoparque viene realizando intensos trabajos de derivaciones, enmarcados en un plan de adopciones para los animales de corral, el mayor excedente de este paseo y en un plan de derivación de exóticos a diversos santuarios y reservas en el mundo, Mirtha padecía de algunas complicaciones para ser trasladada, debido a la avanzada edad que tenía, ya que podía poner en riesgo su vida.
La historia de Mirtha, como la de tantos otros, cuenta con momentos de tristeza y abandono. Ella provenía de un circo, que la mantenía atada a través de un anillo de acero agarrado de su hocico y que se le desgarró alguna vez buscando escapar. Esa marca quedó para siempre en su cuerpo y era constancia de lo que había pasado a lo largo de sus años. Luego fue rescatada y trasladada al Zoológico de Rosario, donde llegó en abril de 1997. El 12 de julio de ese mismo año nació su hija Sorpresa, quien recibió ese nombre porque nadie en el zoológico de esa ciudad se imaginaba que Mirtha hubiera estado embarazada. Debido al cierre del paseo rosarino, las dos osas, madre e hija, fueron trasladadas a Mendoza el 9 de marzo de 2001 y desde entonces habitan en el predio del hoy Ecoparque Mendoza.