La Terre: recuperación de trabajo y esperanzas para ex empleados de Matas

La historia de Daniel Lucero y Nélida Mamaní parece que esta vez tendrá un final feliz. Ellos forman parte del grupo de los 24 miembros que constituyeron la Cooperativa “La Terre Sociedad Limitada”. Son ex empleados de Industrias Matas, que lograron la creación de la cooperativa, luego de que la Justicia les otorgara la totalidad de las 2 hectáreas que conforman el recinto. Sus últimos 10 años han estado marcados por la ilusión de ver funcionar “a toda máquina” a La Terre.

Mientras esperan la llegada del segundo desembolso, se van preparando haciendo lo que mejor saben hacer: “Deshidratamos verduras, especialmente ajo y espinaca. Ahora vamos a traer también cebollas para comenzar a funcionar la semana que viene”, señaló Lucero.

Según comentaron, el próximo objetivo a cumplir este año será comprar un auto elevador. “Además, esperamos que la difusión de esta noticia genere que aparezcan más compradores para nuestros productos”, dijo entre risas Lucero. “Después de todo la esperanza es lo último que se pierde”, completó Mamaní.

El subsecretario de Trabajo, Alejandro Jofré, fue el encargado de destrabar el expediente de estos trabajadores que esperan, desde el año pasado, la segunda parte de un subsidio que les prometieron para darle vida a este sueño.

Su largo camino de lucha comenzó en el 2001. Durante ese año vieron cómo los dueños de Industrias Matas vaciaban la empresa. Mamaní aclaró que, “a nosotros nunca nos dejaron de pagar. Por eso seguíamos yendo a trabajar. Atrasaban los pagos de las quincenas, pero todos los días nos daban algo. Así nos mantenían enganchados a la fábrica. Era muy poco lo que nos daban, pero era algo”, cuenta con tristeza.

Los empleados de la fábrica llegaron a pasar las fiestas de Navidad y Año Nuevo con sólo $300. Generalmente sólo recibían un 5% de la totalidad de sus sueldos. No tenían vacaciones, aguinaldo, ni ningún tipo de beneficio. Fue en el 2012 cuando pidieron ayuda por primera vez.

Tuvieron que esperar hasta el 2014 para que la Justicia decretara la “quiebra necesaria directa” de Industrias Matas. La jueza Gloria Cortés, titular del Segundo Juzgado de Procesos Concursales, fue la encargada de ordenar la liquidación de activos de la compañía, para cancelar créditos laborales a unos 40 trabajadores. “A mí me quedaron debiendo $280.000”, recuerda con dejo de esperanza Lucero. “A nadie le pagaron, aún estamos esperando que salga el juicio”, contó Mamaní.

Fue la misma jueza la que dictaminó la constitución de la cooperativa, luego de que 12 empleados, entre ellos Lucero, solicitaran a la Justicia su constitución. “Demoraron seis meses para darnos la fábrica. Pero fue la creación de la Cooperativa lo que nos permitió presentarnos para detener dos embargos que acecharon a la fábrica”, comentó Lucero.

En octubre de ese mismo año se anunció con bombos y platillos la reapertura de la fábrica pero ya como cooperativa. Sin embargo Lucero contó que, “nosotros nunca abrimos, la Municipalidad de Guaymallén nos pidió prestada la vereda de la fábrica para poner a funcionar allí, por unos días, el programa Pescado Para Todos”. También vendían frutas y verduras bajo esta modalidad.

Recién el año pasado, los cooperativistas recibieron, después de muchas idas y vueltas, el primer subsidio. “Con él arreglamos toda la fábrica. Aún estamos realizado algunas reparaciones, aunque un poco más pequeñas” detalló Mamaní.

Actualmente se encuentran realizando los papeles para cobrar el segundo subsidio. “El trámite estaba detenido porque no habíamos rendido los gastos de la primera entrega, ya que nos había llegado el comentario de que nos olvidáramos porque el Gobierno que venía no nos lo iba a pagar”, contó Lucero.

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