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“Por el cambio climático, las pérdidas de productividad rondan el 17% en las áreas bajo riego de Argentina”


Organizada por Irrigación, CAF, UCAR y el Ministerio de Agricultura de la Nación, el jueves 12 y viernes 13 de noviembre se llevará a cabo en Mendoza la jornada internacional de riego y usos del agua con fines productivos, en la que expertos internacionales en la temática expondrán la realidad del agua en Latinoamérica.

En uno de los Paneles del día jueves, “Experiencias en áreas nuevas de riego”, el Oficial de Apoyo a las Inversiones de la FAO, Luis Loyola,  expondrá su ponencia “Ampliación del potencial de riego en la Argentina”. Antes brindó una entrevista en la que adelanta detalles del estudio que ha sido financiado por el Banco Mundial, en el marco del Proyecto Desarrollo Institucional para la Inversión Prosap-UTF/ARG/017.

-¿Por qué Argentina debería considerar el incremento de la superficie irrigada como una herramienta para aumentar la producción?

-El riego ha demostrado ser una herramienta efectiva para la intensificación sostenible de la producción y como eje articulador de diferentes acciones relacionadas con el desarrollo rural. Las características comparativas de Argentina en la región, configuran un contexto favorable para analizar potenciales inversiones hacia el sector hídrico. En este sentido, teniendo en cuenta la disponibilidad de recursos del país, se presentan oportunidades para el incremento del riego tales como, el incremento de la demanda de alimentos a nivel mundial, la mejora relativa de precios de algunos productos, junto a los efectos del Cambio Climático  y sus impactos en los recursos hídricos y clima ante los cuales el riego es una herramienta eficiente de adaptación a dichos impactos.

-¿Qué papel juega el cambio climático en la posibilidad/necesidad de incrementar el potencial de riego?

-Entre los impactos más relevantes del cambio climático, para la producción agrícola se pueden mencionar: incremento de temperaturas, disminución de disponibilidad hídrica, e incremento de eventos extremos (inundaciones, heladas, granizo, etc.). Se estima que las pérdidas de productividad asociadas al cambio climático, ante determinado eventos de escasez rondan una media del 17% de la producción de las áreas actualmente bajo riego en el país, con mayor incidencia en la zona Cuyo y NOA (Noroeste Argentino). Antes esos eventos las inversiones en riego colaboran como medida efectiva de adaptación a partir de un mejor uso del recurso, ya que permiten ganar resiliencia en las áreas actualmente irrigadas y posibilitar además la ampliación del riego existente, a partir de la mejora de las eficiencias mencionadas en el uso del recurso.

-¿Qué habría que tener en cuenta a la hora de evaluar iniciativas de inversión de riego?

-Un aspecto relevante es considerar acciones integrales, es decir que no sólo se centren en infraestructura, sino que consideren un conjunto de acciones coordinadas y de apoyo. En este sentido para ampliar el riego a nivel nacional se puede mencionar desafío a nivel tecnológico, financiero, institucional y jurídico.

-¿Cuáles son las provincias en la actualidad con mayor cantidad de hectáreas irrigadas?

-Según el relevamiento realizado la provincia que mayor superficie irrigada tiene es Buenos Aires (con una mayor preponderancia del uso de agua subterránea). Mendoza cuenta con mayor área irrigada con fuentes superficiales. En el estudio se han identificado el potencial de ampliación para cada provincia, identificándose las inversiones necesarias y posibles ampliaciones y beneficios tanto para las áreas existentes como para nuevas áreas de riegos según el caso. Para todas las provincias con economías regionales, las inversiones relacionadas con la agricultura irrigada son relevantes.

-¿Cuáles son los beneficios a partir de mejorar la eficiencia en el uso del agua?

-Los beneficios directos son el incremento de la productividad y el ahorro de agua. Estos a su vez generan beneficios asociados como posibles ampliaciones de áreas productivas, ahorro de agua para otros usos, mejora en áreas con problemas de drenaje y/o salinidad, y posibilidad de mejoras de manejo productivo a través de la tecnificación. Hay otro tipo de beneficios complementarios de los proyectos integrales de inversión en riego, en lo relacionado con fortalecimiento de la gestión de los sistemas a través de las organizaciones de usuarios e institucionales involucradas, asistencia técnica a los productores.

-¿Qué habría que tomar en cuenta para ampliar el riego en Argentina?

-Debemos considerar e implementar un conjunto de acciones de diversas dimensiones que básicamente se podrían agrupar en  acciones técnico/productivas, económicas financieras y acciones institucionales y legales.

-¿Qué opinión le merece la crisis hídrica que afecta a Mendoza y a varios sectores del país?

-Evidentemente durante los últimos años se han acrecentado ciertos fenómenos de escasez hídrica en diversas áreas de nuestra región, en casi todas las cuencas del oeste de la Argentina, con importantes impactos y afectaciones productivas. En el caso de Mendoza, se puede constatar como las inversiones realizadas por el DGI y el PROSAP durante los últimos años, sumado a una mayor concientización y mejor manejo del recurso por parte de organizaciones y productores, han posibilitado un manejo más eficiente y mejor gestión del uso del recurso. Lo cual ha permitido que los registros de producción no se hayan visto relevantemente afectados por la marcada escasez hídrica que se ha presentado. Es una clara demostración de la efectividad de las inversiones en riego como medidas de adaptación para mitigar los efectos del Cambio Climático.