Se realizaron mejoras en el recinto del oso polar en el Zoo
En el marco del plan de obras propuesto para el Zoológico, está finalizando la ampliación de la pileta ubicada en la playa del recinto del oso polar.
Actualmente, la pileta tiene una capacidad de 12 mil litros y pasará a tener 120 mil litros más de agua. La semana pasada empezaron los trabajos de pintura y todos los del sector de playa.
La obra incluye un nuevo sistema de alimentación de agua con mayor caudal y filtros que sirven para mantenerla limpia.
“En los últimos cuarenta días hemos reacondicionado el recinto del oso polar que ha contado con el trabajo hasta de madrugada de los agentes del Zoo, para elevar sustancialmente las comodidades y asegurarnos el bienestar de Arturo”, tal como señaló Oscar Arancibia, administrador de Parques y Zoológicos.
“La ampliación de la playa en donde el oso polar podrá nadar en su piscina, es una obra muy importante y significativa, y por ello se está trabajando a toda hora. Pero en definitiva los horarios los pone el oso porque cuando se cansa de estar en su dormitorio se suspenden las tareas, ya que la prioridad es el bienestar del animal”.
Las obras comenzaron con la reubicación de uno de los dos aires acondicionados para optimizar su eficiencia y lograr temperaturas más bajas.
En la playa del recinto se colocaron nuevos mircoaspersores, ventiladores y telas media sombras, que permiten controlar la temperatura del lugar, también llamada técnica de saturación adiabática. Esto es posible gracias a la colocación de dos paños de tela media sombra que cubren una superficie de aproximadamente 280 m2., con un sistema corredizo para facilitar y agilizar el cierre y apertura de las telas en caso de vientos fuertes.
De las diez líneas de microaspersores, colocados debajo de la tela, dos son nuevas. También se instalaron dos ventiladores industriales para recirculación del aire, que permiten controlar la temperatura del ambiente con humedad y ventilación.
Por su parte, Alberto Duarte, jefe del cuerpo de veterinarios del Zoo afirmó que “estas obras son un anhelo desde hace mucho tiempo y aunque siempre buscamos su confort, hay que recordar que el oso polar fue cambiado de recinto cuando todavía vivía su compañera Pelusa a este lugar que tiene mejor sombra y mucho más espacio".
Duarte explicó además que "mientras se hacen estas obras, Arturo permanece en su dormitorio, ahí se le da de comer y realiza su descanso post ingesta, como es común en los mamíferos. Está monitoreado permanentemente y cuando quiere salir se suspenden las obras, quitando las máquinas que pueden ser peligrosas para él".
"El oso Arturo lleva 20 años en nuestro Zoo. Es la quinta generación que vive en cautiverio, cuando uno busca en el book de osos polares se puede constatar perfectamente quienes son sus abuelos, bisabuelos y tatarabuelos, porque hay un registro de su origen”, tal como destacó Duarte.
El oso polar hoy tiene un comportamiento bueno, aunque hay que tener en cuenta que es un geronte. Se encuentra en buen estado de salud. Su apetito es bueno y también su movilidad, y manifiesta conductas normales. Su dieta diaria consiste en 15 kg. de carne y menudo, 5 kg. de frutas y verduras y 1 kg. de alimento balanceado.
El monitoreo y cuidado constante que se hace sobre el oso permite detectar los ajustes que deben hacerse sobre su dieta. Respecto de este aspecto se ha observado un aumento en su apetito por lo que se han incrementado sus raciones diarias. Cabe destacar que al tratarse de un geronte también se le administra un complejo vitamínico a base de minerales, ácidos grasos y regenerador articular.
Este oso polar, único ejemplar en nuestro país, tiene casi 30 años y nació en cautiverio. Fue traído del Zoológico de San Diego cuando tenía aproximadamente 5 años.