Se dio a conocer el ganador de la nueva categoría del Certamen Vendimia


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Fernando G. Toledo es el autor de “El mar de los sueños equivocados”, la obra seleccionada en la sección Infanto-Juvenil.

El jurado integrado por Silvia Lauriente, Brenda Sánchez y María Luz Malamud, acordó que esta sea la obra ganadora, porque considera que esta novela destinada al público juvenil es disruptiva en la temática que aborda.

El libro navega los miedos profundos del ser humano. Al enfrentarse con sus temores, el protagonista puede reparar una situación traumática vivida. El texto posibilita lecturas intertextuales, reforzadas por tratamientos surrealistas, cinematográficos y líricos. A la vez que profundiza en la materia onírica y en el inconsciente, construyendo personajes sólidos y creíbles.

La trama, que en un principio parece de aventura, gana complejidad a medida que se avanza en la lectura, poniendo al lector frente a un tema sensible. Es justamente la valentía del texto lo que nos ha motivado a elegirlo.

El autor se refirió a este logro: “Es una sorpresa haber ganado, ya que es la primera novela que escribo de ficción y la primera destinada a un público infantil, juvenil. El hecho de que haya resultado premiada es un estímulo, una gran experiencia en este terreno”.

Sobre la obra, Toledo dijo: “El libro cuenta una historia que combina muchos elementos, es la historia de un adolescente que se llama Apolo y que comienza a vivir sucesos que no alcanza a comprender del todo. Mientras que convive, al mismo tiempo, con un temor irracional que no sabe explicar del todo y empieza a aparecer en su vida un ambiente pesadillezco, que no sabe a qué atribuir. En el camino trata de descubrir qué está pasando en el mundo que lo rodea, conoce a un par de personajes en ese camino que hace, buscando resolver ese misterio que lo rodea.

En la historia hay mucha acción, momentos surrealistas, humor y, en el fondo de todo, mucho dolor. Fue un desafío personal intentar hablar también de esas cuestiones para un público de esta edad. Hay veces que la literatura dedicada a niños y jóvenes se suele edulcorar. Me parecía que era necesario hablar de estos temas también, ya que también los niños y jóvenes conviven con cosas más amargas y no hay que tener miedo a tratar estos temas y, como soy novato en esto, me permití esa irreverencia de tratar con esas cosas”, finalizó el autor.